ENDASA y los constructores del puerto de San Ciprián crean una comisión de expertos
La Empresa Nacional del Aluminio, SA (ENDASA), accionista mayoritario de Alúmina-Aluminio, y la agrupación de empresas constructoras del puerto de San Ciprián, en la costa de Lugo, han llegado al acuerdo de constituir una comisión de expertos para que estudie y dictamine el problema de las averías originadas en el dique norte del puerto y cuya reparación, que deberá prolongarse durante varios años, ha sido evaluada en 15.000 millones de pesetas.
La agrupación constructora del complejo portuario de San Ciprián (Lugo) está constituida por Dragados y Construcciones, Cubiertas y MZOV, Constructora Internacional y Auxini, siendo la ingeniería del proyecto de Intecsa, del grupo Dragados. Esta comisión de técnicos, con cuya formación se pretende despolitizar completamente el problema, estará constituida por representantes de las cuatro firmas citadas, más la parte propietaria del puerto -Alúmina Española, SA, filial de ENDASA-. También se incluirán, como moderadores, representantes de la firma de ingeniería Harris Bosch Aimerych, que actualmente es responsable de las obras de consolidación que se realizan en el citado dique, y muy posiblemente la Empresa Nacional de Ingeniería y Tecnología (Initec), del grupo INI. El acuerdo se ha conseguido en conversaciones al más alto nivel, nucleadas fundamentalmente en torno al eje INI-Dragados.
Paralelamente a los trabajos de esta comisión de técnicos, cuya composición se desea lo más reducida posible para facilitar el acuerdo, seguirá su curso en los tribunales la demanda interpuesta por ENDASA contra Intecsa, por un lado, como autora del proyecto, y las cuatro firmas constructoras, por otro. El pasado miércoles, día 14, las empresas involucradas recibieron la notificación judicial de la demanda.
Acuerdo difícil
El acuerdo de estos técnicos, que ocasionalmente podría originar el levantamiento de la mencionada demanda, se presenta de todas formas difícil aunque todos los afectados son conscientes de la necesidad de intentarlo. "Si el problema es fundamentalmente técnico, deben ser los técnicos los que se pongan de acuerdo".Hasta ahora existe un desacuerdo técnico fundamental, sesgado por los intereses de cada una de las sociedades involucradas. Por un lado se trata de determinar si los daños causados en el dique son imputables a defectos del proyecto o de la construcción. El gran interrogante se cierne sobre los llamados dolos, defensas geométricas de 50 toneladas de pego, cuyo comportamiento frente a los temporales del Cantábrico no ha sido el esperado. Los dolos, hoy en desuso, han sido utilizados en puertos de menor tamaño y más abrigados a la acción de los mares abiertos. Existe el precedente del puerto de Sines, en Portugal, donde los dolos prácticamente desaparecieron tragados por la mar. Y ése es el peligro que subyace para San Ciprián tras la actual polémica.
En las obras realizadas tras las dos primeras averías, producidas en los primeros meses de 1980, casi inmediatamente después de la entrega del puerto, se invirtieron ya más de 2.000 millones de pesetas. Las roturas afectan en algunos tramos del dique norte hasta el 50% de los dolos instalados.
Las empresas constructoras recalcan que fueron los propietarios del puerto quienes eligieron en última instancia el sistema de dolos, por economía de tiempo y precio, y que el problema del dique norte es cuestión circunscrita a la realización de un buen mantenimiento. Por el momento, el puerto de San Ciprián sigue funcionando con plena normalidad, realizándose las operaciones habituales de descarga de mineral y de carga de alúmina.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.