Fuentes oficiales hicieron creer por error que también había sido tiroteado otro militar
La confluencia entre las calles madrileñas de Ibiza, y Lope de Rueda fue ayer por la mañana, durante casi dos horas, escenario de un vaivén de policías y periodistas en busca del coche que ocupaba el general Juan Montenegro, contra quien, supuestamente, se había atentado. Unidades móviles de las emisoras y periodistas acudieron allí sin encontrar ningún rastro. Algunas agencias de Prensa, inducidas al error por fuentes oficiales, llegaros a dar la noticia de que Montenegro había sido la primera de las dos víctimas de sendos atentados.
Al parecer, dos fueron las causas de la confusión, que hizo creer en Madrid que se había iniciado una nueva ofensiva terrorista: la policía había detenido en la zona de Ibiza a unos ladrones de automóviles, lo que dio lugar a un intenso movimiento de coches policiales; y, además, el general Montenegro, supuesta víctima del nuevo atentado, se encontraba, en efecto, en el hospital militar Gómez Ulla, acompañando a su mujer, cuando el general Luis Rosón fue herido y trasladado al cercano hospital del Generalísimo.El Gobierno Civil de Madrid hablaba aún de dos atentados cuando, al mediodía, Defensa hacía pública una nota en la que informaba que "no se ha podido constatar, ni en el Ministerio del Interior ni por fuentes policiales, la existencia de ningún otro atentado", aparte del sufrido por el general Rosón.
En los teletipos de algunas agencias, se ponían en boca del general Montenegro las palabras que, en realidad, había pronunciado Rosón al salir del coche en el que viajaba cuando sufrió el atentado: "Tranquilos, que no pasa nada", se informó que había dicho Montenegro cuando "salió del vehículo en el que sufrió un atentado, consciente y hablando".
Familiares del general Montenegro recibieron la noticia del falso atentado a través de reporteros de emisoras de radio y facilitaron, incluso, improvisadas biografías de su pariente. El general Juan Montenegro, que mantiene una amistad personal -con él general Rosón -ambos son gallegos- declinó ayer hacer declaraciones a EL PAÍS, "Comprenda usted", explicó un hijo de Montenegro, "que mi padre en estos momentos se encuentra muy afectado. Y que, además de la preocupación causada por estos hechos, nos preocupa también la confusión de nombres que se ha producido".
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