El Reino Unido, dispuesto a abandonar la Unesco

Las autoridades del Reino Unido están dispuestas a convertir a este país occidental en el segundo -después de Estados Unidos- que anuncie su decisión de retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La posibilidad de tal retirada, que si se consuma supondría un duro golpe para el organismo internacional, ha provocado una actividad diplomática febril en la capital británica en los dos últimos días.

Representantes de 41 países de la Commonwealth han apelado al secretario del Foreing Office (ministro de Exteriores), sir Geoffrey Howe, para que el Reino Unido permanezca en la Unesco y luche desde dentro para conseguir una reforma de la organización.Fuentes británicas han informado que tanto Howe como la primera ministra, Margaret Thatcher, son favorables a la retirada británica, pero que la decisión final se adoptará en una reunión del Gabinete prevista para dentro de unos días. Las causas que esgrimen los partidarios de la retirada son las mismas utilizadas por Estados Unidos hace un año, cuando el Gobierno de Washington anunció su decisión de abandonar la Unesco. En opinión de estas fuentes, la organización internacional se ha convertido en un foro de propaganda antioccidental a la par que en un desastre financiero.

Según el periódico liberal británico The Guardian, "por cada dólar invertido en proyectos educativos la Unesco se gasta tres dólares en su sede central de París, mientras que por cada persona empleada en desarrollar esos proyectos seis trabajan en la burocracia parisiense". El título del editorial de The Guardian expresa por sí mismo la opinión del periódico: "Quien debe marcharse es Amadu M'Bow" (director general de la Unesco), "y no Gran Bretaña".

La contribución británica al presupuesto de la Unesco es modesta en comparación con la norteamericana: sólo cinco millones de libras al año (unos 1.100 millones de pesetas), que representan el 4,6% del presupuesto anual de la organización. Pero la retirada del Reino Unido, miembro fundador, amenazaría traducirse en una salida en cadena por parte de varios países occidentales.

Los países de la Commonwealth, que ocupan 10 puestos en el comité ejecutivo de la organización, convocaron una reunión de urgencia en Londres el pasado jueves con el fin de convencer a la Administración del Reino Unido de la necesidad de impulsar las reformas necesarias en la Unesco.

El embajador de Ghana en la organización y presidente del grupo de países de la Commonwealth, Patrick Seddoh, se entrevistó el viernes con el ministro británico para el Desarrollo de Ultramar, Timothy Raison, responsable de las relaciones con la Unesco, a fin de expresarle el deseo unánime de los 10 países de la Commonwealth representados en el Comité Ejecutivo de que Gran Bretaña continúe como miembro activo de la organización internacional.

La posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unesco se comenzó a barajar hace algunas semanas, tras una visita secreta a Londres de la embajadora norteamericana en la organización, Jean Gerard, a finales de octubre. La misión de Gerard era convencer a miembros influyentes del Gobierno y del Partido Conservador sobre la conveniencia de un anuncio de retirada británica antes de consumarse la salida de Estados Unidos, prevista para el 31 de diciembre de este año.