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La radicalización de la reconversión naval

Galicia, entre la difícil negociación y el enfrentamiento que se avecina

Manuel Rivas

De confirmarse los actuales supuestos para la reconversión en el conjunto del sector de la construcción naval, uno de cada dos trabajadores excedentes será gallego. El total de excedente laboral, según los últimos datos manejados, se cifra en 14.885 trabajadores, de los que 6.667 -un 45%, aproximadamente- pertenecen a astilleros gallegos. Desde que se inició el proceso, las comarcas de El Ferrol y Vigo viven una permanente convulsión social, que en ocasiones se ha extendido a toda Galicia.

Nuevas jornadas de fuerte contestación se avecinan. Comisiones Obreras y la Intersindical Gallega (INTG) programan la paralización total de actividades en toda Galicia a partir del 29 de noviembre, con una convocatoria de huelga general continuada, que pretende reabrir la negociación. Mientras las negociaciones en la mesa de seguimiento para la reconversión del sector naval, muy mermada ya desde su inicial composición, parecen entrar en su recta final con un principio de acuerdo que no ha sido firmado por el Gobierno autónomo gallego, las dos centrales sindicales que han llevado el peso de las movilizaciones en Galicia, CC OO e Intersindical, han radicalizado sus posturas. Estos sindicatos consideran "agotado el margen sindical" y pretenden "provocar una situación política y social en Galicia que obligue al Gobierno a abrir un nuevo período de negociación".

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Un símbolo de esperanza

El peso del sector naval es decisivo en el conjunto del empleo industrial gallego. El naufragio de los astilleros presenta aspectos no cuantificables, pero que explican la dimensión de la inquietud social. En una comunidad escasamente industrializada, los astilleros, y en especial uno de los grandes, como Astano, representaron un símbolo de esperanza y progreso.Al tiempo que los sindicatos llevan la protesta a la calle, el proceso de reconversión ha abierto un conflicto institucional, convirtiéndose en uno de los principales puntos de fricción entre la Xunta y la Administración central. El Gobierno autónomo ha interpuesto recurso de inconstitucionalidad contra la ley de reconversión. "Se está haciendo todo al margen de las comunidades", dice el director general de Industria, Alfredo García-Lorenzana.

Las dificultades de UGT

El rechazo por parte de la Sociedad de Reconversión Naval (Sorena), dentro del subsector de los pequeños y medianos astilleros, de los planes de viabilidad presentados por Ascon y Vulcano en la ría de Vigo ha incrementado la tensión y acentuado la sensación de agravio. De los 32 planes de viabilidad presentados, Sorena únicamente rechazó los de estos dos astilleros gallegos, que emplean a unos 2.600 trabajadores, y otro asturiano. La propia UGT criticó en duros términos esta decisión de la sociedad reconversora.Tanto UGT como el PSOE, a nivel político, se han visto colocados en una delicada situación en la comunidad autónoma, actuando como amortiguadores en una tempestad social adversa. Los cargos municipales de El Ferrol y Vigo han sufrido especialmente este desgaste de un agitado proceso que se prolonga desde hace más de un año.

La central sindical socialista presenta ahora como un éxito la asunción por el INI y el Ministerio de Industria de dos de sus principales demandas: compromiso de la Administración pública de crear en un plazo de 36 meses tantos puestos de trabajo como excedentes estructurales se produzcan y suspensión de contratos y no rescisión a los trabajadores afectados. El preacuerdo prevé también la construcción del buque número 265 en la factoría de Astano.

De cómo la Administración piensa cumplir el primero de los compromisos apenas existen proyectos avanzados. Para El Ferrol, concretamente, se habla de una fábrica de tubos, con una inversión de 2.400 millones, que generaría 368 empleos al tercer año, y otra inversión de 2.639 millones para Astano Industrial, que reabsorbería a 454 trabajadores. Los técnicos de la Xunta han calificado de poco rigurosos estos proyectos.

Hace ahora aproximadamente un año que la primera noticia sobre un posible cierre de la división naval de Astano corrió como un reguero de pólvora. Una manifestación multitudinaria, con los trabajadores en traje de faena, cruzó el puente de las vías que une el municipio de Fene -donde está el astillero- con El Ferrol. Desde entonces la comarca ha vivido en permanente vigilia. Días atrás, como un símbolo, los manifestantes arrojaban a una gran pira de fuego los buzos de trabajo en pleno centro de El Ferrol.

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