Las acciones del Banco Atlántico
Soy un ex accionista del Banco Atlántico que el 23 de febrero de 1983, cuando fue expropiado, poseía acciones del mismo. Siempre había cobrado dividendo por ellas, que gozaban de cotización calificada en las bolsas de Barcelona, Madrid y Bilbao, por lo que confiaba en poder realizar fácilmente, en caso de convenirme o necesitarlo, la enajenación de aquellos títulos, creyendo tener asegurada la liquidez.A pesar de que el Gobierno, al expropiar, prometió satisfacer a los accionistas ajenos a Rumasa el justo precio que las acciones tenían el 23 de febrero, por el momento -y a pesar de que el banco obtuvo en ese ejercicio importantes beneficios- no he percibido nada por ese concepto.
Los intereses de los accionistas ajenos a Rumasa que no hemos hecho uso del derecho de separación están encomendados a una comunidad de socios-accionistas expropiados, quienes en asamblea manifestaron que, según la ley expropiatoria y el peritaje de un experto, el precio de la acción del Banco Atlántico cuando la expropiación era superior incluso al de cotización en bolsa, y así confeccionaron la hoja de justiprecio.
Así las cosas, seguimos sin saber cómo ni cuándo seremos indemnizados, mientras el Estado, que se incautó de nuestras acciones sin previo pago ni depósito alguno, las ha vendido ya en su totalidad y al contado. Esto ha supuesto un fuerte golpe para los 19.000 accionistas minoritarios que habían invertido sus ahorros en acciones de este banco. ¿Es así como se quiere crear confianza para vencer la honda crisis económica que padecemos?-
