Los festivales de otoño

Es posible que el Festival de Otoño de Madrid esté constituyendo un éxito... para sus organizadores. Así lo expresan públicamente. Pero para los posibles espectadores ya es otro cantar. Personalmente, sólo he conseguido entrada s para un concierto (porque me las regalaron) y para un ballet. En el resto de espectáculos, nada. Intenté ir a ver a Philip Glass Ensemble: "No hay localidades". Pedí entradas para los Hombres azules de Marruecos, las Danzas de la India, Instrumentos del Japón. No hay localidades. Pero la desfachatez rizó el rizo. Un lunes intento conseguir entradas para el ballet de Thisa Brown, y en la taquilla me dicen que se han agotado. El viernes vienen unos amigos de Vigo, se dirijen al teatro sobre la marcha, y les dan entradas (quedaba un fajo, me confirman). ¿Por qué esta incongruencia? Evidentemente, los conjuntos actúan pocos días para la demanda que existe. Además se dan muchas invitaciones (que seguramente no serán cubiertas, como sucede casi siempre). Y además las taquilleras de los teatros especulan con el público. ¿No existe algún método para controlar a estas desaprensivas taquilleras? (Es fácil: los responsables del festival pueden enviar emisarios anónimos, y, ante la respuesta de "no hay localidades", exigir un control del billetaje que se guarda hasta el último momento en busca de propina), Por tanto, un ruego: Festival de Otoño, sí; pero con menos invitaciones oficiales y un riguroso control de las señoritas taquilleras que pretenden prostituir nuestra cultura, pidiendo dinero adicional a cambio de la misma.-