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Toma el dinero y corre, pero no te vayas muy lejos

¡Que no cunda el pánico! parece ser la consigna empleada entre todos los operadores para detener lo que parecía una caída a tumba abierta que ha erizado los pelos a los más templados. Otra vez se ha perdido la serenidad por no haber analizado tranquilamente la situación objetiva del mercado. Algunos olvidan que, cuando la bolsa sube, la próxima etapa será de bajada. Como tampoco es un secreto que se puede ganar dinero en cualquier fase.Teorías aparte, lo cierto es que la limpieza que ha sufrido la bolsa en las jornadas anteriores era algo que los analistas estaban deseando que sucediera. La razón es simple. La única forma de liquidar la sobrevaloración que registraba el mercado era la salida de papel mediante realizaciones de beneficios. Pero el miedo de ciertos expertos residía posibilidad que un descenso excesivo sembrara el pánico entre los operadores a crédito y que éstos originasen un alud de ventas que nadie pudiera ya detener.

No ha sido así. El pasado lunes el volumen de compras a crédito se ha mantenido en unos niveles muy aceptables -105,4 millones de pesetas efectivas, dirigido en buena medida hacia los valores eléctricos-, lo que demuestra una vez más la confianza de la mayoría en que la tónica del mercado continúa siendo alcista. Como también el nivel general de contratación es lo suficientemente importante como para indicar a los escépticos que aquí no pasa nada: 2.086,2 millones efectivos en la primera sesión semanal.

No conviene olvidar que en estos días no ha cambiado nada, ni se han sabido cosas nuevas de carácter negativo que hayan podido influir para mal en la evolución de la bolsa, lo que, en definitiva, quiere decir que el descenso anterior sólo obedece al deseo de una buena mayoría de hacer efectivas las ganancias acumuladas en jornadas anteriores. Una buena justificación para la tranquilidad es que las expectativas económicas siguen siendo favorables para la renta variable: no se esperan aumentos de los tipos de interés a corto o medio plazo y no hay tensiones monetarias.

¿Una visión demasiado optimista? No hay que llegar a tanto. Muchos analistas opinan que la próxima evolución del mercado bursátil no está definida. Por lo menos eso indica el examen de los gráficos utilizados por los chartistas, ya que este barómetro señala claramente una posición neutra. A partir de ahí todas las hipótesis son posibles, desde las defendidas por los más osados -que prevén una nueva subida que alcance cotas cercanas al récord actual-, hasta las de algunos operadores que apuestan por un descenso continuado hasta llegar al 135%.

Quizá ni unos ni otros estén acertados, ya que la virtud, una vez más, puede estar en el justo término medio. No es fácil que la bolsa llegue a finales de año con un índice general por debajo del 142%. Como tampoco es muy creíble, en estas condiciones, que se dé un nuevo tirón alcista que permita alcanzar niveles superiores al 150% en las próximas semanas, aunque sólo sea por las fiestas que van a celebrarse en medio de las tandas y que siempre originan cierta confusión en las contrataciones.

Lo único que puede estar claro en estos momentos es que se impone cada vez más el análisis de la marcha económica y financiera de las distintas sociedades, porque la selectividad se va a convertir en la piedra de toque de cualquier decisión.

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