El presidente del Consejo de Ministros de la CEE confirma que el ingreso de España se producirá el 1 de enero de 1986
El presidente del Consejo de Ministros de la CEE, el irlandés Peter Barry, confirmó ayer en Luxemburgo a su colega español, Fernando Morán, "sin ambigüedades", que "el 1 de enero de 1986 es la fecha en que la ampliación tendrá lugar", y habló de la "naturaleza irreversible del proceso de integración de España en la CEE". Por su parte, el británico sir Geoffrey Flowe señaló que esa fecha es "razonable", añadiendo que "no creo que sea imposible, aunque la agenda estará muy cargada". Fuentes comunitarias afirmaron que un país miembro había hablado de retrasar el ingreso hasta el 1 de julio de 1986.
Barry salió así oralmente del paso de la decisión de los diez de firmar una "declaración conjunta" con Portugal sobre la fecha del 1 de enero de 1986 como "firme objetivo" para la adhesión portuguesa. De hecho, el primer ministro luso, Mario Soares, firmará este texto hoy en Dublín con el presidente del Consejo Europeo, Garrett Fitzgerald. Pero si el lunes hubo progresos sobre el minipaquete que se iba a presentar a España, las discusiones entre los diez quedaron ayer de nuevo bloqueadas sin acuerdo interno en pesca y en el vino.En pesca, la presidencia presentó un compromiso global que contempla 10 años (prorrogables otros cinco, pero no de forma automática), o bien ocho años -según una fórmula alternativa- de pesca española con licencias en aguas comunitarias, tomando para su nivel de cálculo el actual sistema que existe en 1984. La rica zona del box irlandés quedaría abierta al final del período transitorio.
Por lo que respecta al vino y a la reforma del régimen vitivinícola en la CEE, fue abordado sin éxito durante seis horas por los titulares de Agricultura de los diez. Ante la incapacidad para ponerse de acuerdo, dado el enfrentamiento entre Roma y París, el informe vinícola pasará el 12 de noviembre a los titulares de Exteriores y, probablemente, desde ahora a la cumbre de Dublín. El francés Rocard señaló que sin esta reforma "se corre el riesgo, tras la adhesión, de un crecimiento fantástico del rendimiento del viñedo español, lo que llevaría a una catástrofe.
"El fin del limbo"
Al término de la sesión formal de ayer, Morán comentó que "ésta ha significado el fin del limbo donde estaba la negociación desde junio".
Aunque no había hecho aún un análisis detallado de las ofertas comunitarias en materia de asuntos sociales, altos aranceles y aceite de oliva, Morán consideró que Ias posiciones de la CEE no corresponden al mínimo que pueda aceptar la parte española, aunque se trata de posiciones de negociación que luego pueden cambiar".
La CEE ha propuesto que los precios de intervención del aceite de oliva en España no comiencen a acercarse a los comunitarios hasta que no se haya introducido un sistema de techos de producción en este sector en toda la CEE. "Esto afecta a nuestros derechos institucionales y es inaceptable, pues podría crear un precedente para otros productos", señaló el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín.
En asuntos sociales, la CEE sigue rechazando casi todas las propuestas anteriores españolas. Y en prestaciones familiares, la apertura es mínima y mantiene una discriminación para los emigrantes españoles durante los siete años de período transitorio (ese período va hasta 10 años para el caso de Luxemburgo).
Reticencias francesas
Y en la cuestión de los aranceles, salvo en el tema de los automóviles, la posición comunitaria sigue siendo de suma dureza, conjugando un desmantelamiento rapidísimo (en tres años) de la parte de los aranceles superior a un 20% y una reducción, también rápida al principio, del resto de los aranceles en seis años. España contestará en los próximos días a estas declaraciones de la Comunidad Europea.
Por su parte, el ministro francés de Asuntos Europeos, Roland Dumas, rechazó en un debate sobre el capítulo agrícola sacar a los cítricos del sistema de "fases" y consideró que las demandas españolas en productos continentales plantean "un profundo desequilibrio en las posiciones" de España y la CEE.
"Me permito recordar", añadió, "que es España la que se adhiere a la Comunidad, y no a la inversa".
Sin embargo, ahora se acelerarán los contactos técnicos entre España y la CEE. Hoy tendrá lugar una reunión de este tipo sobre frutas y hortalizas para intentar fijar las líneas de un acuerdo concreto para este sector. Los diez volverán a reunirse el 12 de noviembre para poner a punto entre ellos todas las posturas posibles y negociarlas con España el 28 de ese mes.
Entre estas fechas, la presidencia irlandesa y la Comisión, en una delegación encabezada por el comisario Lorenzo Natali, podrían ir a Madrid y Lisboa para intentar concretar puntos y escollos importantes con los países candidatos. Pero a fecha de hoy quedan aún por negociar y acordar entre España y la CEE casi todos los escollos importantes que se preveían desde la demada de adhesión en 1977: agricultura, pesca, desarme arancelario, siderurgia y asuntos sociales, además de otros menores.
El titular español de Asuntos Exteriores confirmó que "vamos a incrementar a todos los niveles los contactos bilaterales" lo que no quiere decir que vamos a hacer atajos en la negociación, pues sólo se negocia con el Consejo". Morán señaló que tanto él como otros ministros realizarán viajes por capitales europeas, considerando que una eventual gira del presidente del Gobierno queda "para el período final".
Fernando Morán habló de la necesidad, "para bien o para mal", de una maratón de negociación los días 27 y 28 de noviembre, para lo que, según Peter Barry, "se dispondrá de todo el tiempo necesario".
"Hemos tardado mucho en el minipaquete y habrá que dedicar mucho más para mantener los plazos", comentó Dumas. Fuentes comunitarias consultadas indicaron, sin embargo, que sería "difícil o imposible" acabar la negociación en 1984.
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