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UN 'CAPO' MAFIOSO ROMPE EL JURAMENTO DE SILENCIO

La 'conexión brasileña', al borde del colapso

Si usted ha comprado alguna vez en Brasil ropas deportivas con la etiqueta Major Key Sportswear, estaba ayudando a la Mafia. O, más precisamente, a su brazilian connection, armada por Tomasso Buscetta, alias Tomás Roberto Felice, y que en su Palermo natal era tratado como don Masino.Hasta hace poco más de 10 años, la Mafia sólo aparecía en la vida de los brasileños a través de películas de Edward G. Robinson, o en versiones más modernas, como El padrino. La estructura de la ramificación brasileña de la organización, sin embargo, había sido cuidadosamente levantada y sólo una casualidad hizo que se viniera abajo cuando estaba lista para funcionar a todo ritmo.

El accidente ocurrió en un pequeño y agradable bar, en una región turística cerca de Río de Janeiro. Un italiano llamado Lelio Paolo Gigante decidió, en medio de una fiesta para cocainómanos, violar a Marina Marques de Alvarenga, de 14 años. Gigante la mató después de que ella se negara.

Las investigaciones policiales probaron que el bar no era solamente un bar y que los drogadictos que lo frecuentaban no eran consumidores comunes. Cincuenta días después, Tomaso Buscetta era detenido a la puerta de un edificio en un barrio de clase media en Sâo Paulo. Desde la llegada de Tomaso Buscetta a Brasil hasta el episodio que provocó el desastre de la Mafia pasaron 14 años.

La historia de la brazilian connection se remonta a 1970, cuando Buscetta fue encargado de viajar al país latinoamericano para, en unión de Lucien Sarti y Christian David, dos representantes de la denominada Unión Corsa, crear una base de operaciones mafiosa en Suramérica. Sarti fue muerto en un tiroteo en México; Buscetta y David fueron apresados en Brasil en octubre de 1972. Pero ya estaba creada la infraestructura.

En noviembre de 1972, Buscetta y Christian David fueron deportados a Roma. El primero pasó en prisión hasta 1980, pero no por ello la Mafia dejó de interesarse por Brasil. En febrero de 1981, Buscetta volvió al país, para ser finalmente arrestado en octubre de 1983 por llevar un falso pasaporte.

Muchas cosas habían cambiado para entonces en la lista de intereses de la Mafia; la principal es que la heroína cedió su puesto de gran negocio a la cocaína. Brasil sería el pasillo para que la droga llegase a Estados Unidos, con la perspectiva de suplantar la importancia de Colombia en el negocio. Fue cuando surgieron la Major Key Sportswear y la hacienda Santa Lucía, en el Estado de Pará.

La gran familia creada por Tomaso Buscetta está hoy virtualmente desarticulada, pero la Policía Federal admite que las ramificaciones de la Mafia en Brasil no se han terminado.

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