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El diálogo se impone en Centroamérica

Rivales con un pasado común

La reunión a la que asistieron el lunes en La Palma el presidente sal vadoreño, José Napoleón Duarte y los líderes de la oposición izquierdista, no fue un encuentro en tre un Gobierno y ciudadanos que han tomado las armas contra él, sino una reunión entre hombres con un pasado similar que, en al gunos casos, fueron amigos y compañeros.Duarte y los dirigentes del iz quierdista Frente Democrático Revolucionario (FDR) Guillermo Ungo y Rubén Zamora fueron par tidarios del cambio pacífico de la estructura dictatorial de El Salva dor en la pasada década, pero, poco a poco, emprendieron distin tos caminos en su esfuerzo por lo grar una solución a las desigualdades sociales existentes en el país Los líderes militares más jóvenes Fermán Cienfuegos y Joaquín Villalobos, pasaron a la oposición ar mada contra el Gobierno en una época más temprana de su vida, pero también ellos procedían de ambientes de clase media.

Duarte es ingeniero y tanto Ungo y como Zamora, abogados. Todos ellos fueron enviados a colegios en el extranjero, según la costumbre de las familias salvadoreñas con recursos suficientes para ello. Cienfuegos es poeta y ex profesor de Historia; Villalobos era estudiante de Economía en la Universidad Nacional cuando emprendió sus actividades políticas. Ungo, presidente del FDR, acompañó a Duarte como vicepresidente en las elecciones de 1972, en las que éste optaba a la presidencia. Los militares les impidieron ocupar estos cargos y les obligaron a exiliarse. Ungo pudo volveral país en 1974, pero Duarte no regresó hasta el golpe de Estado llevado a cabo en 1979 por un grupo de jóvenes oficiales.

Zamora, que desempeñó un importante papel a comienzos; de la pasada década en el Partido Democristiano salvadoreño, a cuya fundación había contribuido Duarte en 1960, fue in.inistro de la Presidencia en la junta cívico-militar formada tras el golpe de 1979.

Tanto Ungo como Zamera dimitieron del Gobierno en enero de 1980 en señal de protesta por la incapacidad del Ejecutivo de llevar a cabo reformas sociales y poner fin al clima de violencia en el país.

Tras recibir varias amenazas de muerte, Ungo abadonó El Salvador en febrero. Zamora tambien dejó el país tras el asesinato de su hermano Mario, que era entonces fiscal general, por un escuadrón de la muerte. A finales de 1980, Zamora trabajó en la creación del Movimiento Popular Social Cristiano, integrado mayoritariamente por miembros del Partido Democristiano que habían abandonado este grupo por no estar de acuerdo con su política.

Tras la marcha de Ungo y Zamora del Gobierno, comenzó el ascenso de Duarte, que acabó en la presidencia salvadoreña. Ambos criticaron la decisión del actual presidente de participar en el Gobierno en un momento en que las personalidades en las que más se confiaba para efectuar un cambio habían decidido abandonar sus puestos. Duarte entró a formar parte de la Junta en 1980 y se convirtió en su presidente en diciembre de ese mismo año.

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"La obsesión personal de Duarte con el poder y su primitivo anticomunismo han salido a la superficie", declaró Ungo poco después de asumir el liderazgo del FDR, en noviembre de 1980.

Duarte permaneció en el país, donde creó la base política que le ha llevado al poder. Zamora y Ungo formaron, fuera de El Salvador, su propia base de apoyo y establecieron relaciones con los líderes militares de la guerrilla, como Cienfuegos y Villalobos, que llevaban en la lucha armada desde los primeros años setenta y cuyo consenso, en cualquier tipo de acuerdo, es un indispensable para lograr el establecimiento de la paz en El Salvador.

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