Los ministros de Defensa de la OTAN debaten hoy en Italia la 'guerra de las galaxias'
Los debates que hoy se abren en Stresa (Italia), con motivo de la reunión ministerial del Grupo de Planes Nucleares (GPN) de la OTAN, sobre los proyectos norteamericanos sobre la defensa estratégica -conocida como la guerra de las galaxias -, pueden volver a provocar un enfrentamiento entre Estados Unidos y sus aliados europeos.
Tras la cena formal de anoche, la reunión de dos días de duración se abre hoy con la participación de los ministros de Defensa de todos los países que pertenecen a la estructura militar integrada de la OTAN, lo que exceptúa a Francia e Islandia. España, como en ocasiones anteriores, asiste con carácter de observador, representada por Jaime Ojeda y el general Rodríguez Ventosa, embajador y representante militar españoles en la OTAN, respectivamente, junto con otros expertos. El secretario de Defensa de EE UU, Caspar Weinberger, expondrá a sus colegas europeos la situación nuclear general y las capacidades del Pacto de Varsovia. A pesar del ruido que han provocado, el despliegue de cohetes de corto o medio alcance SS-21 y SS-22 en la República Democrática Alemana y en Checoslovaquia preocupa poco a los expertos de la OTAN, que no ven en ello novedad.
Weinberger iniciará una discusión sobre los misiles de crucero lanzados desde el mar (SLCM, en sus siglas inglesas), pues éste es un terreno en el que se está creando una situación nueva. Son de medio alcance, aunque de hecho considerados como estratégicos porque pueden alcanzar el territorio de ambas superpotencias.
Los SLCM tienen doble capacidad -pueden llevar cabezas nucleares o convencionales-, lo que dificulta su inclusión en un foro de negociación determinado e introduce problemas de control y verificación en todo eventual acuerdo. La URSS, según fuentes atlánticas, ya ha alcanzado a EE UU en este terreno y, de hecho, según estas fuentes, ambas superpotencias están lanzadas en planes ambiciosos de despliegue.
La guerra de las galaxias preocupa a los europeos, pues el territorio de EE UU podría quedar protegido, sin que la defensa estratégica sirviera al territorio europeo.
El despliegue de los euromisiles
El GPN discutirá, además, el programa de despliegue de los euromisiles que la OTAN ha seguido instalando, tras la tanda inicial de diciembre de 1983. Un portavoz de la organización atlántica rehusó comentar ayer una información del periódico The Washington Post, según la cual se están desplegando Pershing 2 en la República Federal de Alemania al ritmo de uno por semana. Sin embargo, admitió que el despliegue de estos misiles es más rápido que el de los de crucero. La OTAN ha desplegado en el plazo de un año 54 Pershing 2 y 48 misiles de crucero, éstos en Italia y en el Reino Unido. El plan de la organización atlántica es instalar 572 euromisiles en cinco países europeos hasta 1988. Un problema es la postura holandesa, que supeditó el despliegue de 48 misiles en su territorio a la instalación de nuevos SS-20 por la URSS. Desde que La Haya tomó esta decisión, en mayo pasado, la URSS no ha desplegado nuevas baterías de SS-20, según fuentes atlánticas consultadas por este periódico. Sin embargo, The New York Times, que cita fuentes del Pentágono, asegura que Moscú ha venido instalando estos cohetes en Europa y Asia, al ritmo de uno por semana, durante los últimos nueve meses.
Las posibilidades de que la URSS vuelva a la mesa de negociaciones también serán objeto de discusión.
Un tema central de las discusiones de Stresa será la supervivencia de los sistemas nucleares de la OTAN ante posibles ataques. El llamado Grupo de Alto Nivel ha tratado esta cuestión a través de expertos y elaborado un informe. En él se proponen medidas concretas, como el refuerzo de los silos de estas armas y la dispersión del material en caso de crisis. Otro grupo ha estudiado la protección de los sistemas nucleares contra el sabotaje o el terrorismo.
