La protesta popular sigue la campaña del candidato del Gobierno en Brasil

Todo el estado mayor de la candidatura oficialista a la presidencia brasileña del diputado, Paulo Safin Maluf, está volcado para lograr un esquema antiprotesta popular, que permita que el candidato pueda seguir viajando por el país. Maluf se enfrentó la semana pasada con ruidosas manifestaciones de repudio a su presencia en dos Estados del noreste brasileño.

El martes, en Alagoas, un nutrido grupo de manifestantes no se limitó a los insultos y a los clásicos abucheos: un violento bombardeo de huevos y tomates obligó al equipo de seguridad de Maluf a verdaderas acrobacias para impedir que él fuese herido. El viernes no hubo huevos ni tomates en el Estado de Seará, pero partidarios de Maluf se enfrascaron en una agitada batalla callejera con sus adversarios, y la policía tuvo que intervenir con firmeza mientras el candidato se refugiaba en el apartamento de unos amigos.

El problema, sin embargo, no se limita a los buenos modales. El candidato opositor, en el primer y hasta ahora único mítin de su campaña, reunió hace algunas semanas a 300.000 personas en una gigantesca concentración, en el Estado de Goiás, y en todos los Estados visitados por Tancredo Neves las manifestaciones son de un evidente respaldo popular. Como se trata de elecciones indirectas, los dos candidatos viajan por el país buscando adhesiones en cada Estado.