El instinto criminal de los 'elegidos'
LUIS GÓMEZLa alta competición exige atletas preparados psicológicamente para triunfar
Están programados para triunfar. Pero no sólo se trata de ejercicio muscular o de incentivos económicos. Para llegar a ser un auténtico campeón, un ídolo que arrasa adversarios, se necesita un componente emocional que los psicólogos volcados en el deporte han delimitado muy claramente: el instinto criminal. "La competición no es más que una versión refinada de la guerra, y el, éxito que sobreviene al atleta es equivalente a la victoria sobre el enemigo en los tiempos más primitivos... Es el individuo 4ue posee instinto, criminal (killer instinct) quien tiende a vencer". Son palabras de Maurie D. Pressman en su libro Coach, athlete and the sport psychologist.
John McEnroe lleva el instinto criminal a la mayoría de sus actos y gestos. Es un tenista que actúa agresivamente en la pista, que coloca sin piedad la bola en el lugar donde piensa que el rival está incapacitado para llegar. Posee un instinto criminal natural, pero su compatriota Navratilova tiene que educarlo, merced a un equipo de colaboradores entre los que destacan psicólogos, para dominar como domina el tenis femenino mundial. Navratilova posee un as facultades ideales para ese deporte, pero necesitaba encauzar su agresividad en sentido positivo y no negativo. De lo contrario, aunque nadie dudara de que se trata de una gran tenista, no hubiera quizás llegado a dominar absolutamente como lo hace ahora.
Un Athlétic campeón
En España, los ejemplos son bastante caseros. El fútbol, por ejemplo, uno de los deportes peor dotados técnica y tácticamente, guarda algunos simples ejemplos. Clemente, un entrenador joven, independientemente de otras cualidades, está señalado como un modelo de técnico amante del compañerismo y el diálogo, un entrenador que ha sabido inculcar a sus jugadores, sentimientos de agresividad, deseo de victoria y ambición por unos títulos que se antojaban lejos de su alcance. El Athlétic ha ganado dos campeonatos de Liga sin contar con un equipo técnicamente brillante. Stielike, alemán, modelo del futbolista agresivo y uno de los extranjeros con mejor rendimiento en el fútbol español, denunció hace días falta de agresividad en el juego del Real Madrid, un equipo que denota mala preparación para poder acceder al triunfo final: los jugadores se lesionan con facilidad, muestran descontento y juegan a merced del contrario. El Barcelona si es un equipo que ha merecido la atención esporádica de algunos psicólogos, que observan cómo sus jugadores se preparan a conciencia para justificar cualquier tipo de derrota. Sólo el Athlétic declara públicamente su desco de ganar (win feeling). Puede ser un equipo con instinto criminal, preparado para el triunfo.
La medalla de oro será para el atleta mejor preparado física y psicológicamente, aquel que sepa en cauzar sus instintos de agresión en sentido positivo. En la línea de salida corredores con idéntica preparación detectan diferentes, esta dos anímicos: tensión alta o baja, agarrotamiento muscular, comportamiento ritual o concentración en la victoria. No es extraño que los más débiles se lesionen justo antes de dar comienzo la carrera, su es tado de subsconciencia era el de una persona que anticipaba su fracaso. ¿Recuerda alguien las lesiones de algunos atletas españoles momentos antes de competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles?. Se achacó a la fatalidad, pero los psicólogos olfateaban la lesión somática producto de un miedo a la derrota. José Luis (González, a pesar de haber sido sometido a una sofisticada preparación biológica, reconoció su incapacidad para afrontar la tensión de una disputa olímpica. Epi o Fernando Martín, de la selección es pañola de baloncesto, han sido catalogados por técnicos y psicólogos como prototipos de deportistas españoles que desarrollan un instinto criminal sobre la cancha. Ninguno suele desaprovechar la más mínima oportunidad, aunque su rival aparezca muy debilitado. Aun así, no perdonan.
La relación directa entre deporte y salud parece una entelequia en la alta competición, cuya trascendencia social o política se ha incrementado durante las últimas décadas, cada vez más repletas de importantes encuentros internacionales. En 1972 quedó patente en diversos estudios que el número de enfermedades patológicas en atletas se había incrementado en una proporción de 18 a 25. Cada vez aumenta el número de deportistas que sufren arritmias cardíacas, procesos cardiovasculares o enfermedades psicosomáticas. Los grandes atletas quedan divididos en fuertes o débiles por cuestión de segundos o centímetros.
Retratos-robot
En 1978, la URSS contaba ya con más de 300 psicólogos trabajando para los diferentes equipos nacionales, porque fueron los países del Este, los primeros en ser conscientes de una política deportiva de Estado, los pioneros- a la hora de introducir la psicología en el deporte de alta competición a los largo de sus 23 institutos de cultura física, de sus 91 facultades de Educación fisica.
Los psicólogos soviéticos trabajan en tres frentes: un primer grupo se dedica al diagnóstico, a cuantificar datos sobre la características psicológicas de los atletas; un segundo grupo, se especializa en recomendar la preparación ideal para cada selección nacional, y un tercero, que suele actuar con permisos de los entrenadores respectivos, trabaja directamente con el atleta. La URSS cuenta con una ventaja adicional cual es la preparación universitaria e incluso científica dé la mayoría de sus entrenadores, Así, el psicodrama sirve a cada técnico para conocer cuáles deben ser las cualidades específicas que, con un estudio científico, debe tener un atleta que busque la medalla de oro, de tal manera que puedan establecerse modelo ideales, es decir, retratos-robot Así, Valery Borzov sirvió de ejemplo internacional a lo que se consideraba un sprinter manufacturado. Llegó perfectamente preparado a los Juegos Olímpicos de Munich (1974) y ganó la medalla de oro en las dos pruebas más importantes de velocidad, los 100 y 200. metros. Borzov era el resultado de seis años de experimentación. Nadie duda tampoco que Vladimir Salnikov es quien más se acerca al retrato-robot del nadador de 1.500 metros.
Estados Unidos comenzó de forma distinta a desarrollar este proceso. Fueron los equipos profesionales de deportes colectivos (beisbol, baloncesto, hockey hielo o fútbol americano) quienes empezaron a contar con psicólogos, dedicados éstos a tratara los jugadores y también a procurar que el ambiente del equipo o la relación entre jugadores y entrenador fuera la menos perjudicial para el resultado final. De los equipos profesionales se pasó a la inclusión de psicólogos en las selecciones olímpicas. Países escandinavos y europeos se integraron rápidamente en esta corriente. España no utilizó los servicios de psicólogo alguno en su preparación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
La carrera de un deportista se compara con la de un alto ejecutivo. Los estudios avanzan que la sociedad actual demanda hombres dotados de un alto sentimiento agresivo, de instinto criminal en diferentes versiones. No es odiar al rival, sino también impulso a hacerlo mejor que nadie, ambición de victoria.
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