El presidente del INI anuncia un programa a medio plazo para la empresa publica
El nuevo presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), Luis Carlos Croissier, anunció ayer la elaboración en los próximos meses de un programa a medio plazo (1985, 1986 y 1987) para la empresa pública que "inyecte confianza y entusiasmo" a sus directivos y trabajadores. Por su lado, el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, despidió al presidente saliente, Enrique Moya, con palabras de agradecimiento para una gestión que calificó de'"eficaz" y que ha permitido mejorar los resultados en las dos terceras partes de las empresas del grupo.
En una conferencia de prensa, poco después de la ceremonia de toma de posesión del cargo, Croissier anticipó que no habrá "cambios masivos" en las preisidencias de las empresas públicas, aunque señaló que es su intención introducir algunas modificaciones "en el control, seguimiento y responsabilización" del holding. A una pregunta concreta, el directivo dijo que es poco probable que se produzca un cambio en la compañía Iberia. Luis Carlos Coissier, que encendía sus cigarrillos con un mechero de la Secretaría de Turismo, señaló que no se consideraba "hombre de nadie", si bien reconoció que era un político porque "así lo elegí cuando me afilié hace mucho tiempo a un partido". Opinó también que el INI necesita ahora de un político que sea además un experto.
Problema político
"El INI tiene un problema político a medio. plazo y necesita criterios empresariales claros y con elevado grado de riesgo. En el INI hay gente muy valiosa que necesita ser compensada y bien pagada por su trabajo", dijo Croissier, que anticipó que uno de sus primeros objetivos será resolver el problema de bajos salaríos de, los directivos públicos. Respecto a la política heredada de su antecesor, señaló que la prevista capitalización de las empresas continuará dentro de los límites que vienen dados por los recursos disponibles del país. Añadió que el problema de la capitalización de las empresas públicas era una cuestión presupuestaria y que quedaba condicionada a los recursos adscritos a la misma en los Presupuestos del Estado. Anticipó que las cantidades. prevístas en el PAIF-85, aún pendiente de la aprobación formal del Consejo de Ministros, era de i 15.000 millones de pesetas para fines patrimoniales y 180.000 millones para subrogación de pérdidas.
Por su lado, Carlos Solchaga tuvo palabras de agradecimiento para la gestión de Moya, alejando las impresiones que han circulado en su entorno respecto a la sustitución del ex presidente del INI. Solchaga dijo que "Enrique Moya llegó en un momento enormemente difícil. Hay pruebas de que la situación en 1982 del conjutno de la empresa pública era mucho menos que boyante, era realmente preocupante".
Respecto a Croissier, el ministro señaló que no era un hombre de nadie, "es un hombre del Gobierno como lo ha sido Enrique Moya".
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