La firma del pacto provoca fuertes tensiones internas en UGT

El acuerdo económico y social (AES) y la decisión que sobre su contenido adopte la UGT ha provocado un fuerte debate interno dentro de la propia comísión negociadora. Las tensiones, que han sido rotundamente negadas por un portavoz del sindicato, se han extendido al conjunto de la central socialista, cuyos dirigentes temen un fuerte movimiento de oposición a la firma del pacto. Dos son los factores que han provocado un fuerte malestar en la organización ugetista. Por un lado, el excesivo sigilo con que los negociadores han llevado las conversaciones, hasta el extremo de que destacados miembros de la dirección del sindicato hayan tenido que recurrir a los medios de comunicación para conocer el estado de las negociaciones. El segundo factor -y realmente el que tiene auténtica entidad- es la posibilidad de que el AES termine dejando la puerta abierta a una mayor flexibilidad del mercado de trabajo.

Las opiniones en este campo se encuentran fuertemente divididas incluso en el seno de la propia comisión negociadora de UGT. Mientras algunos de los interlocutores se muestran partidarios de suscribir el acuerdo, buscando una fórmula que permita dar satisfacción a los empresarios en la flexibilización del mercado de trabajo, otros se muestran radicalmente en contra de que, al menos en el texto oficial, aparezca un compromiso, más o menos explícito, en este sentido.

Los responsables al más alto nivel de UGT tienen serias dudas sobre los resultados de la consulta al comité confederal, máximo órgano entre congresos que ha de pronunciarse antes de la firma del acuerdo. Aunque cuentan con el apoyo de las federaciones del metal, químicas y servicios públicos, lo que bastaría para alcanzar una holgada mayoría, saben también que ramas como la construcción podrían oponerse al pacto, además del no casi seguro que esperan de la federación de banca.

Otras organizaciones de UGT aún no han decidido su voto, como la del transporte, y la del textil y piel se pronunciaría en uno u otro sentido en función de cómo se recogiera lo relativo a la flexibilidad de plantillas en empresas de menos de 25 trabajadores, cuestión que a ellos les afecta de manera muy especial dada la estructura empresarial del sector.

"Constante entreguismo"

No es casual que Justo Fernández, secretario general de la federación de banca, haya hecho público un comunicado criticando con dureza tanto la metodología seguida como los contenidos. Justo Fernández llega a afirmar que Ia estrategia seguida por UGT ha constituido un auténtico fracaso, dándose la impresión de un constante entreguismo en cada uno de los obstáculos puestos por el Gobierno o la propia CEOE". Con cierta ironía añade que Ia fórmula de reuniones secretas de las que los medios de comunicación han dado cumplida crónica, nos ha hecho bordear el ridículo". Los ataques del secretario general de banca se extienden al Gobierno, la CEOE, UGT y CCOO, pero es especialmente ácido con su propia organización, subrayando que había momentos en los que todos mostraban firmeza, excepto la UGT "que parecía dispuesta a todo, con tal de firmar un acuerdo". Justo Fernández, tras subrayar la falta de información a que se han visto reducidos los cuadros de la UGT, termina pidiendo la celebración de un comité confederal "con las garantías suficientes para que puedan participar en la decisión de aceptar el AES o no".