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Iglesias anuncia movilizaciones contra la Alianza y reitera su oferta de frente amplio electoral

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Gerardo Iglesias, reiteró ayer ante el Comité Central de su partido su oferta de un frente amplio electoral cara a 1986, al tiempo que anunciaba una intensificación de las movilizaciones contra el acuerdo económico social y la permanencia de España en la OTAN. Pese a la cautela con que Iglesias formuló su propuesta de este frente -tan sólo habló de un movimiento de "convergencia para la recuperación de la izquierda" -los seguidores de Santiago Carrillo mostraron de inmediato su disconformidad, subrayando que el PCE deberá concurrir en solitario, con sus siglas y símbolos a las próximas elecciones generales.Como novedad sobre otros informes presentados anteriormente al Comité Central por Gerardo Iglesias, destaca un inusualmente duro ataque al papa Juan Pablo II: "El Vaticano parece haber optado por cuestionar toda actualización de la Iglesia en el terreno social, cultural y moral. Numerosos cristianos y la Iglesia progresista han expresado recientemente su preocupación ante la descalificación de la teología de la liberación".

En medio de un clima notablemente menos crispado que en otras ocasiones anteriores, el Comité Central del PCE se reunió ayer por primera vez desde el mes de mayo para debatir el informe político con el que Gerardo Iglesias y la dirección comunista pretenden dar respuesta a los principales problemas que hoy tiene planteados la sociedad española.

Aunque la votación quedó aplazada hasta hoy, el sector afín a Carrillo dejó entender que se abstendría y probablemente harán lo mismo los seguidores del ex vicesecretario general Jaime Ballesteros.

Iglesias comenzó su informe con un ya casi habitual ataque a la política estadounidense de Ronald Reagan y a los Gobiernos socialdemócratas europeos, que "muestran en general una actitud claudicante ante la presión norteamericana, aceptando en líneas generales las pautas económicas que impone la Administración Reagan y renunciando a una necesaria política de autonomía para Europa". Posteriormente, pasó a atacar la política actual del Vaticano.

El secretario general comunista aludió a la necesidad de reforzar el componente internacional de la iniciativa política del PCE: "La izquierda tiene el reto de formular una propuesta europea capaz de suscitar la adhesión de aquellas fuerzas que se oponen hoy en Europa a los proyectos de Reagan". También reiteró la voluntad de entrevistarse con los dirigentes del partido comunista soviético, "pese a la actitud contraria a las pautas que deben decidir las relaciones entre partidos comunistas que el PCUS ha adoptado en el último periodo en relación al PCE".

El informe pasa a referirse a continuación a las negociaciones para el Acuerdo Económico y Social propuestas por el Gobierno; Iglesias denunció que "no ha existido en ningún momento una auténtica voluntad negociadora" por parte del equipo de Felipe González, dada la existencia de reuniones secretas y la negativa a interrumpir aspectos de la política económica del Gobierno que son directamente responsables de la situación económica que atraviesa el país. "Que nadie se extrañe, pues, de que el Partido Comunista de España se manifieste en contra del tipo de acuerdo que el Gobierno y la patronal están propugnando, pues de suscribirlo directa o indirectamente nos comprometeríamos con una política que no va a crear empleo y que no va a afrontar los problemas de la crisis en este país desde una perspectiva de progreso".

También criticó Iglesias la marcha de las negociacioenes para la integración en la CEE, que, dijo, prosigue su "curso misterioso". "Insistirnos en la necesidad de un acuerdo nacional entre el conjunto de las fuerzas sociales y políticas del país con las instituciones de la Administración central y de las comunidades autónomas". Denunció el dirigente del PCE las presiones en favor de nuestra permanencia en la OTAN, que, según él, proceden de la democracia cristiana alemana, de los socialistas italianos, del Gobierno británico y de los círculos de la OTAN, a lo que hay que sumar "actitudes escandalosas, desestabilizadoras de la derecha española".Para Iglesias, las afirmaciones en el sentido de que se ha paralizado la intervención de España en la estructura militar de la OTAN, son "una falacia". Como alternativa, propuso la continuación de la actividad de las llamadas mesas para la referéndum sobre la OTAN. Alabó, por el contrario, la política de extradiciones de étarras, algo a lo que algunos miembros del Comité Central mostraron en cambio su repulsa.

Finalmente, Iglesias lanzó un duro ataque contra lo que llamó "la quiebra de la credibilidad ética del Gobierno, gracias a la práctica del clientelismo, el enchufismo, e incluso fenómenos de corrupción".

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