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Los nervios y el exceso de ropa descubrieron a tres traficantes detenidos en Barajas con más de 11 kilos de cocaína

La Guardia Civil del aeropuerto de Barajas aprehendió el pasado sábado, en dos operaciones diferentes, un total de 11,150 kilos de cocaína de gran pureza, cuyo valor fiscal asciende a 133 millones de pesetas, aunque una vez adulterada podría haberse vendido por cuatro o cinco veces esa cantidad. A los correos o transportistas de la mercancía les traicionó el nerviosismo, en un caso, y el exceso de ropa de abrigo, en otro. La cocaína incautada es la cantidad mayor de las aprehendidas en un solo día en el aeropuerto madrileño en los últimos cinco años.

Heriberto Mario Araya, chileno, de 27 años, llegó a Barajas en un vuelo de Iberia procedente de Montevideo (Uruguay) hacia las 10 horas del pasado sábado. Su inmediato destino era Las Palmas de Gran Canaria. El viajero cruzó los servicios aduaneros en el aeropuerto madrileño con un ligero equipaje de mano y un nerviosismo que no pasó desapercibido a los vigilantes. Éstos le preguntaron qué es lo que le ocurría y Araya respondió que era la primera vez en su vida que volaba.La respuesta despertó sospechas y los funcionarios ordenaron entonces el minucioso registro del equipaje que Araya había facturado hacia Las Palmas: en dos bolsas de tela escasamente disimuladas entre la ropa fueron encontrados 2,700 kilos de cocaína. Araya manifestó que no era propietario de la mercancía y que alguien se la había introducido en la bolsa de viaje.

Unas dos horas después llegaron a Barajas María de los Angeles Díaz Arenas y Maria Antonia Cabello Gómez, nacidas en Madrid y Fregenal de la Sierra (Badajoz) hace 59 y 56 años, respectivamente. Las dos mujeres son residentes habituales en Buenos Aires (Argentina), disponen de pasaporte español y llegaron al aeropuerto en un vuelo de las líneas aéreas paraguayas procedente de la capital argentina.

Díaz y Cabello, cuyo destino era Zurich (Suiza), se dirigieron hacia la sala de tránsito internacional, con un escaso equipaje de mano y ropas muy elegantes Cuando caminaban por un pasillo, uno de los guardias civiles de los servicios fiscales observó, extrañado, que, pese al calor reinante, las dos mujeres llevaban abrigos, por lo que las detuvo y reclamó los servicios de la Matrona. La funcionaria tardó poco en descubrir las dos abultadas fajas que las mujeres llevaban bajo las ropas. Ocultas en ellas iban 4,200 y 4,250 kilos de cocaína. Las viajeras declararon que un hombre desconocido les había dado en Buenos Aires 1.500 dólares (unas 264.000 pesetas) anticipados por el transporte y la promesa de otros 2.000 (unas 352.000 pesetas) a su llegada a Zurich.

Un portavoz de la Guardia Civil del aeropuerto manifestó ayer su convencimiento de que tanto el chileno como las dos españolas actuaban como correos de los traficantes. Añadió que, con mucha probabilidad, la cocaína incautada procedía de Bolivia, y explicó que los correos en raras ocasiones salen de aeropuertos de Colombia, Perú o Bolivia, países productores del perico, para no despertar las sospechas de los funcionarios policiales de los países europeos. Por ello, como los dos casos descubiertos el sábado, optan por rutas que partan de ciudades argentinas, brasileñas o uruguayas.

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Detenidos 11 libaneses

Por otra parte, han sido detenidos en los últimos días 11 libaneses y una española en una operación antridroga desarrollada en Madrid y Gijón. A los detenidos se les ha incautado 4,200 kilos de heroína, que adulterados y vendidos al por menor podrían haber alcanzado un valor de 500 millones de pesetas. La heroína aprehendida, de la variedad brown sugar, procedía de Líbano o Pakistán.

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