Latinoamérica urge soluciones para su endeudamiento exterior a los países desarrollados

El "comunicado de Mar del Plata", emitido en esta ciudad por los cancilleres y ministros de Economía de 11 países latinoamericanos, señala la "falta de urgencia" en los países desarrollados respecto a la solución de endeudamiento de la región.

Mar del PlataEl comunicado, de nueve puntos, reafirma su "determinación de continuar realizando consultas con la frecuencia necesaria en el marco del mecanismo de consulta y seguimiento".En el texto se resume el trabajo deliberativo llevado a cabo aquí durante toda la semana, y fundamentalmente a partir de¡ jueves, cuando asumieron la conducción de las discusiones los máximos responsables del área financiera de los países firmantes del "consenso de Cartagena".

Tomaron parte en estas sesiones representaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Venezuela, Uruguay y Republica Dominicana.

La declaración critica el crecimiento de las tasas de interés internacionales y el proteccionismo económico aplicado por los países centrales, y censura el hecho de que la recuperación económica "continúa concentrada en unos pocos países".

A pesar de la crítica al actual estado de cosas imperante, en materia de finanzas internacionales, los deudores latinoamericanos manifestaron en todo momento su voluntad de "dialogar.", pero llevando a cabo la discusión a un plano político.

Argentina fue el país que más impulsó esta posición en las discusiones previas, y luego, con el discurso de apertura formal de las deliberaciones, pronunciado por Raúl Alfonsín.

Sin embargo, llegar a la firma del acuerdo final no fue fácil.

Durante la jornada de ayer, y en pleno estado deliberativo, los cancilleres y ministros de Economía presentes abandonaban reiteradamente la mesa de las conversaciones para telefonear a sus Gobiernos en busca de orientación.

Fuentes del área de seguridad del consenso" señalaron a Efe que "hubo delegados que pasaron momentos no muy buenos, ya que recibieron llamadas de los Gobiernos de sus países hasta cada 10 minutos, en lapsos de tres horas y, por los gestos, parecían tener fuertes discusiones". Agregaron que las consultas telefónicas hicieron cambiar más de un esquema, y tras cada proposición de los asistentes sobre posibles coincidencias para hacer frente a las deudas externas, cancilleres y ministros acudían al teléfono".