Johan Johansson,

un paracaidista sueco que efectuaba ejercicios con un grupo de colegas en la ciudad de Malmo, al sur del país, fue desviado por el viento mientras descendía y en lugar de aterrizar en un campo de deportes, como estaba previsto, lo hizo sobre el capó de un automovilista que estaba detenido en un cruce de caminos. El chófer del automóvil había mirado cuidadosamente a ambos lados antes de cruzar, pero no tuvo la precaución de mirar hacia arriba. Desde allí llegó la sorpresa para los ocupantes del coche y un susto que, por fortuna, no provocó ninguna desgracia.