La 'televisión del desayuno', de carácter privado, será pronto una realidad en Francia
Desde hace 10 días ya se está comercializando en Francia el canal de televisión de pago, que representa, por añadidura, la inauguración en Francia de la televisión matinal; será el denominado Canal Plus, el cuarto, de hecho, en Francia, quien acometerá este estreno. Dicho canal no pertenece al Estado, sino a la agencia Havas, la más poderosa de Europa en el sector publicitario, que está dirigida por un íntimo amigo del presidente François Mitterrand.
En un principio la emisión mañanera estará dedicada a la televisión y al cine. Entre las siete y las nueve de la mañana ofrecerá un producto semejante al de las emisoras de radio: una decena de flashes informativos intentarán meterle por los ojos al televidente lo que ocurre en el mundo, con alternancia de telediarios, repetición de los grandes temas de actualidad, invitados especiales según las exigencias de esta última, meteorología, horóscopo, gimnasia, canciones; todo esto es, como ya se ha anticipado, un proceso que recuerda al de las radios en estas primeras horas de la mañana y que imita a realizaciones similares de la televisión británica, tanto pública como privada.Después, hasta el mediodía, que es cuando normalmente empiezan a emitir los otros tres canales de la televisión francesa, Canal Plus ofrecerá dos películas; según los estudios preliminares, en efecto, parece ser que existe un público potencial para este tipo de proyecciones de antes de mediodía.
Canal Plus en Francia simboliza el primer eslabón de lo que va a ser el estallido de lo audiovisual en los años futuros. Y esto por dos razones: la primera es una razón genérica, es decir, la que corresponde a la evolución de la tecnología del audiovisual, común a todos los países avanzados, y la segunda es específicamente francesa, ya que Canal Plus, aunque bendecido por el Gobierno, no deja de ser una brecha en el monopolio estatal.
Esto último lo evidencia su estructura jurídica y sobre todo su funcionamiento: Canal Plus es lo que se llama una televisión de peaje, lo que qiliere decir que debe contar con abonados suficientes para subsistir, a los que, en consecuencia, tiene que agradar. Sus emisiones comenzarán el próximo día 4 de noviembre, y la comercialización ya iniciada apunta precisamente a reunir el número mínimo de abonados que le permita vivir: 200.000 por lo menos en un primer tiempo, y alrededor de medio millón después. La cotización mensual por abonado es de 120 francos (2.400 pesetas);. además es necesaria una antena especial y un aparato que servirá para componer la clave, de ocho cifras, que le permitirá al telespectador encontrar Canal Plus en su pequeña pantalla normal.
El 40% de la programación de este nuevo canal será cinematográfica; ya se han anunciado las 20 primeras películas y hay títulos para todos los gustos. El resto de la programación, además del espacio matinal ya precisado, tiende a vender el nuevo canal, y para ello sus responsables juegan la baza de los telefilmes, las series (norteamericanas sobre todo), los espacios infantiles y los grandes reportajes sobre temas exóticos o melodramáticamente interesantes. Este canal, sin publicidad, vivirá de los abonados y de las firmas industriales que apadrinen algunas emisiones.
Por otra parte, Francia se prepara ya para encarar las otras dos bombas que fulminarán en los años venideros el mundo de lo audiovisual: la televisión por cable y por satélite. Por lo que al cable se refiere, Francia ha escogido el sistema de fibras ópticas (más caro que el coaxial, pero más eficaz a largo plazo, dicen aquí algunos especialistas). En 10 o 15 años casi toda Francia, estará sembrada de la televisión por cable. En colaboración con la República Federal de Alemania, también tiene a punto el primer satélite, llamado Televisión Directa Francesa (TDF-1). En 1985 será puesto en órbita por el lanzador Ariane, y dos de sus cuatro canales serán explotados en Francia (uno de ellos ya se sabe que pertenecerá al monopolio estatal).
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