Reagan condena "la bota que aplasta al pueblo polaco"

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, lanzó ayer, ante una audiencia mayoritariamente de origen polaco, un fuerte ataque contra el régimen de Varsovia, al que calificó de "bota que aplasta a su pueblo, aunque nunca conseguirá subyugarle". Estas declaraciones coinciden con lo que para Moscú es uno de los peores momentos en la historia de las relaciones entre EE UU y la URSS."Aquellos que piensan que han aplastado el espíritu polaco con las armas y con la fuerza bruta están equivocados... Polonia puede que esté temporalmente subyugada, pero el pueblo polaco nunca será derrotado", dijo el presidente norteamericano en Doylestown, localidad de Pensylvania en la que se celebraba una peregrinación a una iglesia en la que se venera a una imagen de la virgen de Czesto-chowa, la Patrona de los católicos polacos.

Reagan también se refirió al sindicato Solidaridad, al que consideró una fuerza para la libertad, y aseguró que por mucho que intente el régimen del general Wojcieh Jaruzelski ahogar el espíritu de Solidaridad, nunca lo conseguirá.

"Nosotros los norteamericanos sentimos una natural simpatía por quienes sufren la bota del opresor en Polonia", dijo Reagan en otro pasaje, sin referirse en ningún momento a la puesta en libertad en Polonia de unos 600 presos políticos el pasado mes de julio, lo que entonces consideró como "un paso significativo hacia la reconciliación nacional".

En Moscú, la agencia Tass ofreció ayer un análisis político en el que se decía que las relaciones entre ambas superpotencias se hallan en el punto más bajo de su historia". "Por primera vez en décadas no hay conversaciones sobre los más agudos problemas de este tiempo, la limitación y la reducción del armamento nuclear", señalaba el comentariasta Anatoli Krasikov. Sin embargo, la radio soviética confirmó ayer que el ministro de Asuntos Exteriores Andrei Gromiko viajará a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU.