El sector 'oficialista' controla holgadamente el congreso regional de la Federación Socialista Madrileña

, La mayoría oficialista de la Federación Socialista Madrileña (FSM) recibió ayer un cierto voto de castigo en el congreso regional que debatió en Alcobendas, en los alrededores de la capital, las ponencias que esta federación presentará ante el XXX congreso del PSOE en diciembre. Los críticos de Izquierda Socialista, recibieron el trasvase de algunos votos ajenos a esta corriente, especialmente en las ponencias política e internacional; en esta última se contenía la posición del PSOE ante la permanencia en la OTAN. Los mayoritarios, surgidos del pacto entre los seguidores del secretario general de Madrid, Joaquín Leguina, y los llamados guerristas, -o fontaneros, según definición interna de los socialistas- controlaron, no obstante, en todo momento, un congreso que se presentaba sin incertidumbres.

Todas las ponencias mayoritarias fueron aprobadas, pero por un margen menor del esperado, tanto en la discusión previa en comisiones como posteriormente en la sesión plenaria.Los críticos de Izquierda Socialista, que concurrían con aproximadamente el 26% del total de más de 420 delegados asistentes al congreso, obtuvieron, no obstante, el apoyo de alrededor de un 35% de la votación en las ponencias política e internacional. El diputado Carlos López Riaño, en la ponencia política, y Antonio Chazarra y Antonio Santesmases, en la ponencia internacional, fueron los encargados por la corriente crítica de oponerse a las tesis oficialistas, defendidas por Enrique López en el primer caso y por Fernando Valderrama y Carlos Bru en el segundo.

López Riaño criticó el gobernar en base a lo que él calificó de "pragma", es decir, sustentándose tan solo en estadísticas y sondeos. También atacó, entre otros puntos, la forma en la que se está llevando a cabo la reconversión industrial. Aunque el tema no era específico de su ponencia, tampoco olvidó bordear la cuestión atlántica recordando que el Rey de Marruecos, "el mejor aliado de los Estados Unidos en la zona, no ha tenido miedo a tomar una decisión que convenía a los intereses de su país aunque contrariase a Washington; por qué nosotros no luchamos desde nuestra mayoría de 10 millones de votos". Recordó que el horizonte del PSOE debe ir más allá de los ocho años que, previsiblemente, este partido puede permanecer en el Gobierno.

Sin embargo, donde el debate llegó a calentarse verdaderamente fue a la hora de discutir la ponencia internacional, donde se enfrentaban las tesis contrapuestas de Izquierda Socialista y el texto de la mayoría, que se mantiene en unos perfiles ciertamente ambiguos. El crítico Antonio Santesmases defendió la "neutralidad activa" de nuestro país, fuera de la alianza.

Colaboración europea

La ponencia mayoritaria sobre política internacional evita conscientemente, como lo hicieron sus defensores en el congreso de ayer, pronunciarse a favor o en contra de la permanencia de España en la Alianza Atlántica.Sin embargo, en el texto se afirma que "no concurren hoy las circunstancias que pudieran hacer deseable una política de aislamiento de España", y que nuestro país debe "huir de cualquier deleidad aislacionista y colaborar activamente con una Europa pacífica y capaz de jugar el papel de la distensión".

El debate en torno a las siguientes ponencias -autonómica, orgánica y socioeconómica- se prolongó hasta altas horas de la madrugada, ya que una propuesta para finalizar el congreso ayer mismo triunfó sobre la oposición de los críticos, que pretendían continuarlo hoy.

Estas "prisas por acabar el congreso, aunque sea a costa de cortar la discusión y el debate", fueron duramente criticadas por congresistas representantes de diversos sectores. Especialmente por la pequeña corriente renovación, cuyo dirigente, el médico Lucas Fernández, calificaba abiertamente como "sin precedentes" este congreso, "donde ni siquiera han admitido debatir nuestras enmiendas".

Por lo demás, era perceptible la falta de tensión en este congreso, en el que tan solo hizo brevemente acto de presencia el ministro de Cultura, Javier Solana, como único representante de la comisión ejecutiva federal. La segunda parte de este congreso, en la que se elegirán los 69 delegados madrileños al XXX congreso federal, se celebrará a comienzos de noviembre.