Los inversores apenas hicieron notar su presencia
La indecisión continuó pesando en el ánimo de los inversionistas, y el cierre del mes no resultó todo lo brillante que desde algunas instancias se prometía. El dinero siguió sin aparecer por los mercados, y si lo hizo fue para dirigirse hacia valores muy concretos en los que la inversión a corto mantiene sus expectativas.Durante toda la semana se vivió bajo la sombra de la primera jornada, en la que las bajas fueron numerosas e importantes, y en la mayoría de los casos no se han logrado recuperar en el resto de las sesiones. A este respecto es significativo el que tan sólo en el mercado catalán -que ofrecía, en general, unos precios superiores a los de los demás mercados- se haya conseguido cerrar la semana con un pequeño beneficio en el índice general. El resto de las sesiones estuvo plagado de multitud de tanteos del dinero y el papel que buscaban con discreción tomar o abandonar posiciones de cara al próximo mes. Los precios apenas registraron variaciones significativas, salvo en la mañana del jueves, en que los valores eléctricos se mostraron algo más animados y consiguieron dejar un pozo de confianza en el equilibrio que venían manteniendo papel y dinero.
La última sesión resultó particularmente confusa al conocerse que el incremento en el índice de precios al consumo había superado las previsiones, con lo que las posibilidades de mantener la inflación dentro de los límites establecidos por el actual Gobierno se ven mermadas, y obligará a replantear algunos puntos importantes en materia económica. Normalmente, una noticia de este tipo habría provocado inmediatamente la aparición de un volumen de papel de mediana importancia, pero en esta ocasión los mercados permanecieron ajenos a la realidad y siguieron absortos en sus problemas.
Tampoco se ponderó lo suficiente el posible descenso del tipo de interés preferencial por parte de algunos de los bancos más importantes en dos puntos. Bien es verdad que la tendencia a la baja en los tipos de interés ya se había venido cotizando con anterioridad, y entraba dentro de las previsiones el que en septiembre se repitiese el fenómeno, pero ahora importaba más la ganancia o la pérdida de un cuarto en algún valor eléctrico, o la cantidad de papel que aparecía por los corros de las químicas o las siderúrgicas.
La sesión no dio mucho de sí, por lo que los asistentes salieron casi igual que entraron y hubieron de volver a sus casas con las mismas dudas que traían, a las que habrán de unir un estudio más detallado de los últimos acontecimientos económicos y la interpretación que de ellos se haga desde las distintas instancias financieras. El mes de agosto se va, dejando el recuerdo de lo que se consiguió en los primeros seis días, y la incertidumbre de si en el presente mes se podrá repetir la hazaña.
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