Gonzalo de Cora,
un niño lucense de 11 años, ha sido víctima en tan sólo 48 horas de la agresión de tres animales distintos. Las desgracias comenzaron para Gonzalo durante un viaje de Madrid a Lugo: recibió el zarpazo de una leona que se encontraba enjaulada en un bar de la provincia de León. Horas después fue mordido en la mano ya lesionada por un topo, mientras investigaba su madriguera. Y más tarde, picado en un pie por una avispa cuando se encontraba bañando en una piscina pública. Gonzalo, que tiene la intención de ser biólogo, asegura que lo más doloroso fue la picadura de la avispa.
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