Visita relámpago del presidente francés, Mitterrand, a Marruecos y Portugal

El presidente de Francia, François Mitterrand, realizó ayer una visita relámpago a Marruecos, donde almorzó con el rey Hassan II en Fez, en la víspera del referéndum por el cual los súbditos del monarca aluí aprobarán la unión de los Estados libio y marroquí. Asimismo, su viaje coincidió con una creciente tensión social a raíz de la muerte de al menos dos estudiantes de los varios que se habían declarado en huelga de hambre en protesta por su detención tras los disturbios del mes de enero.

La visita ha sorprendido a los medios oficiales de París, Lisboa y Rabat. El presidente francés, que aún está de vacaciones, llegó el miércoles por la noche a Fez, donde fue recibido ayer por el rey Hassan II en su residencia de verano de Ifrane, situada en las montañas cercanas. En el viaje de regreso, Mitterrand hizo escala en Lisboa para cenar con el primer ministro socialista, Mario Soares, quien inicia hoy una visita a África que le llevará a Mozambique, Zambia y Tanzania, participando en este último país en una reunión de la Internacional Socialista con los dirigentes de los países africanos de la línea de frente, informa Nicole Guardiola desde Lisboa.El secreto de la escala de Mitterrand en la, capital portuguesa había sido mejor guardado aún, pero parece lógico relacionar el encuentro de ambos líderes socialistas con los temas africanos: situación en el norte de África y cumbre de Arusha, ya que la visita de Mitterrand a Marruecos, coincide con la presencia hoy en Argel del ministro francés de Exteriores, Claude Cheysson, que visitará también Túnez.

Chad por medio

En Rabat, la visita se interpreta como un deseo de Mitterrand de informarse de las implicaciones que la alianza entre Trípoli y Rabat pueda tener para Francia. La unión afecta a la posición de Marruecos con respecto al conflicto de Chad, y una eventual confrontación de Libia con Francia por ese motivo deberá ser apoyada militarmente por Marruecos en virtud del artículo 12, informa Domingo del Pino desde Rabat. Por los mismos motivos, Francia, que se ha comprometido (al igual que Argelia) a garantizar la integridad de Mauritania y la estabilidad de Túnez, se vería afectada por eventuales conflictos armados mauritano-marroquíes o argelino-marroquíes, en los cuales Libia sería militarmente solidaria con Marruecos, o libio-tunecinos, que Marruecos habría de apoyar.

Parece evidente, sin embargo que en lo que a Chad respecta, la evolución es más hacia una solución franco-libia, en la cual Marruecos actuaría de mediador. Ello interesa también al presidente Mitterrand, cuyos expertos en prospectiva predicen que Francia sólo podrá conservar en el futuro su rango de gran potencia-mundial si une sus capacidades tecnológicas con las capacidades financieras árabes y el gran mercado africano-árabe a las posibilidades de cooperación económica que la unión libio-marroquí puede sugerir. Al parecer, el presidente norteamericano y el rey Fahd de Arabia Saudí fueron informados de la intención del monarca marroquí 10 días antes de que se formalizara el acuerdo.