Fráncisco José II
El príncipe gobernante de Liechtenstein, soberano de la única dinastía reinante superviviente del Sacro Imperio Romano-Germánico, delega funciones en su hijo Hans Adam, pero conserva el poder
Es el último monarca de una dinastía añeja e ilustrada, que ha sobrevivido a fuerza de convertir su pequeño principado en un paraíso fiscal. Cerca de 25.000 compañías extranjeras más. o menos fantasmas han encontrado refugio en este territorio centroeuropeo, que sólo -cuenta con 26.000 habitantes. Francisco José II puede vanagloriarse, pues, de reinar sobre tantas siglas como súbditos. En las últimas décadas, el principado ha adquirido una fisonomía de laboratorio industrial, que le ha hecho acreedor del sobrenombre de el Sillicon Valley de Europa central. Francisco José II ha vivido esta transformación sin sobresaltos. Ha rebasado así los 44 años de reinado, y parece dispuesto a morir antes de abdicar. Sólo el emperador de Japón y el rey de Suazilandia llevan más tiempo que él en el trono.
La sombra del príncipe G. Tomassi de Lampedusa parece acompañar a Francisco José II. El soberano de Liechtenstein acaba de poner en práctica la máxima "que todo cambie para que todo siga igual" al delegar sus funciones en su hijo Hans Adam. Un traspaso vicario de poderes sin abandona las riendas. Hans Adam, un economista de 39 años, será sin duda un buen administrador. El carisma y la jefatura del Estado los mantiene Francisco José II.Pero también el Principado se muestra empeñado en transforma su fisonomía sin cambiar su alma De ese modo, Liechtenstein ha evolucionado hacia una monarquía constitucional y parlamenta ría en la que el príncipe gobernante posee amplios poderes -legislar en casos de necesidad, disolver la Dieta, vetar leyes, sobreseer juicios etcétera-. Y hasta el pasado julio, Liechtenstein fue el último bastión machista de Europa. En 1982, en referendum, los hombres decidieron vetar el sufragio femenino, un resultado que contrarió al Príncipe. En 1984, en un nuevo referendum, los hombres han aceptado por fin que las mujeres voten.
Francisco José Il resume en sí mismo ese pacto entre el pasado y la modernidad. Nació en el castillo de Frauenthal, en 1906. Hijo del príncipe Alois y la archiduquesa Elizabeth Amalia de Austria, accedió al poder en 1938, tres meses después de que Hitler anexionara Austria al III Reich. Liechtenstein se mantuvo neutral -y continúa sin ejército-, al igual que Suiza, país con el que tiene muchas símilitudes -la moneda es la misma, y no existe aduana entre ambos-. Los habitantes del principado suelen repetir esta frase: "Nuestras cabezas son suizas; nuestro corazón, austríaco".
Austria es el otro influyente vecino. Francisco José II estudió ingeniería forestal en la Universidad de Viena. El origen de las rentas familiares procede de su viñedos austríacos. La dinastía también cuenta con posesiones en Checoslovaquia -que el Gobierno checoslovaco respeta- y en Tejas (Estados Unidos). El monarca controla también un sector de la banca y posee la más importante colección de pintura de Europa, sobre todo de Rubens y de maestros alemanes. Está casado con Gina, condesa austriaca, y ha tenido cinco hijos.
El príncipe, por otra parte, dedica parte de su ocio a organizar cacerías, dar paseos y a practicar el esquí. Su interés por las matemáticas es tal que ha decidido proveerse de un profesor particular. Vida de príncipe la suya, en un país que ha tomado el nombre de la dinastía -lo que el todo un símbolo-.
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