Las fuentes, recurso contra el sol sevillano.
Quienes saben de la tortura del sol de mediodía en Sevilla, cuyos efectos se dejan sentir en calles y plazas hasta la medianoche, no dudan en abandonar en agosto la ciudad. En su huida, los sevillanos se dirigen a las playas de Matalascañas, Chipiona o El Puerto de Santa María. Los que se quedan en la ciudad no se aventuran a salir sino ya caída la noche. Sólo los turistas, los entusiastas del barrio de Santa Cruz o la Giralda, se atreven con el sol sevillano, cuyos rigores han de aplacar en algunas de las fuentes de la ciudad.
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