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El tráfico de petróleo entre Nigeria y Las Palmas se multiplicó por 36 en sólo 9 meses

El tráfico de derivados de petróleo entre los puertos de Nigeria y Las Palmas se multiplicó 36 veces en sólo nueve meses. De las 2.652 toneladas del segundo trimestre de 1983 se pasó a las 95.854 del primer trimestre de 1984, en lo que parece ser un próspero negocio descubierto y explotado hasta prácticamente sus últimas posibilidades por algunos intrépidos armadores internacionales.Quienes iniciaron este negocio, en primer lugar tuvieron que determinar el punto donde conseguir la mercancía, en este caso gasóleo y fuel preferentemente. Nigeria tuvo el dudoso honor de constituirse en el punto de partida de estas expediciones. Este país africano es uno de los más importantes productores de crudo del mundo, especialmente apreciado por su magnífica calidad. Una vez determinados el punto de origen y la entidad de la mercancía con la que negociar, queda por establecer la identidad de los posibles clientes. El puerto de Las Palmas de Gran Canaria, constituido en un punto de atraque prácticamente obligado para las flotas que realizan las rutas del Atlántico Sur, representa una inmejorable referencia, sobre todo si se tiene en cuenta el importante volumen de suministros de estos productos que viene realizando para los buques en tránsito. Sólo en el primer trimestre de este año, en este puerto se sirvieron a las flotas pesquera y mercante, tanto nacional como extranjera, unas 817.000 toneladas de gasóleo, fuel y diesel. El mercado, por tanto, estaba claro y además reunía unas ventajas adicionales nada despreciables, como eran su condición de puerto franco y su no excesiva distancia geográfica de las costas nigerianas.

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Al parecer, fueron los armadores griegos los primeros en introducirse en este peculiar negocio. En ambientes portuarios de Las Palmas se cita a la Lavinia como la compañía pionera en este tipo de operaciones. No obstante, en sus comienzos, este negocio presentó unos horizontes modestos, y los buques que se dedicaron a él, aparte de ser de pequeño tonelaje, se conformaban con salir al encuentro de las grandes flotas pesqueras coreana y japonesa para repostarles combustible en alta mar. Los mecanismos que se empleaban para sacar el fuel y el gasóleo de Nigeria resultaban también bastante sencillos. Estos buques enfilaban la bocana del puerto nigeriano de Harourt y allí esperaban a que unos lanchones se aproximasen a sus costados con estos productos para cargarlos. A estas gabarras, a su vez, las suministraba una flota de pesqueros con bandera nigeriana que solicitaba a las autoridades del puerto ese combustible primado a bajo precio para salir a faenar. Sin embargo, sus campañas debían ser bastante breves, pues llegaban hasta a demandar dos veces al día el combustible suficiente como para llenar de nuevo sus depósitos. Este petróleo era depositado en esas gabarras que posteriormente se acercarían a los barcos que esperaban fuera del puerto e incluso fuera de las aguas jurisdiccionales de Nigeria.

Beneficio evidente

El beneficio para el armador del buque que compraba estos productos resulta evidente. La tonelada de este fuel se podía pagar en Nigeria, según distintas versiones, en torno a los 140 dólares, mientras su precio de venta, en el peor de los casos, se establecía en torno a los 225 dólares.A la vista de tan magnífico negocio, nuevos buques comenzaron a practicar estas operaciones, lo que representó una complicación en los mecanismos que se habían venido empleando. La abundancia de este fuel barato hacía que el simple suministro a las grandes flotas pesqueras en alta mar resultase insuficiente. Es así como comienzan a llegar las primeras partidas de este gasóleo al puerto de Las Palmas después del verano del año pasado. Algunas cifras de las entradas de estos productos con origen nigeriano en el puerto canario son de por sí bastante significativas: en el segundo trimestre de 1983 entraron 2.652 toneladas; en el tercer trimestre de ese mismo año fueron 24.662 las que se dieron de alta; en el cuarto trimestre, la cantidad de productos nigerianos almacenados en el puerto de Las Palmas ascendía ya a 55.942 toneladas, con un incremento de 3 1.000 toneladas sobre las del mismo período en el año anterior; pero el récord se alcanza en el primer trimestre de 1984, cuando son 95.874 las toneladas de derivados del petróleo que entran en el puerto grancanario, con un aumento de 40.000 toneladas sobre las de comienzos del año anterior. En el segundo trimestre de 1984, coincidiendo con el golpe de Estado en Nigeria, se corta drásticamente la llegada de productos de este origen al puerto canario.

Estos productos eran almacenados en los grandes tanques que a este propósito tienen las compañías petrolíferas en las instalaciones del puerto franco de Las Palmas. Aunque todos los responsables de estas sociedades niegan haber comprado productos ilegales, varios de ellos reconocen haber sido contactados por distintos armadores e intermediarios para comprar productos entre 10 y 12 dólares por debajo de sus precios en el mercado spot de Rotterdam. Este fuel era suministrado de nuevo a los barcos que fondeaban en el puerto a repostar, e incluso el Gobierno canario, ante la evidencia de que esta situación se estaba dando, montó un servicio especial de vigilancia para impedir que estos productos fueran derivados hacia el consumo interno de la isla.

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