La lluvia no pudo con la clase de la Compagnia di Canto Popolare
La sediciosa lluvia de finales del verano, que ya había dejado constancia de su impertinencia en los minutos anteriores al comienzo del recital, se apoderó definitivamente de la noche del pasado miércoles, cuando la actuación del grupo italiano Nuova Compagnia di Canto Popolare llegó al intermedio, lo que forzó a suspender la fiesta musical que se estaba celebrando en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid.Y hubo de ser insistente, porque el abundante público que llenaba el amplio patio, se negaba a quedarse sin música. Resguardadas bajo el entarimado, guarnecidas de las inclemencias por las propias sillas que servían de asiento, o simplemente empapándose como sopas, las aproximadamente 2.000 personas que presenciaban el acto con entrega y entusiasmo aguardaban el reinicio del mismo. Pero el agua Pudo más, y tras 20 minutos de furiosa lluvia los organizadores se vieron obligados a suspender ante la posibilidad de deterioro del equipo eléctrico.
Sin embargo, los tres cuartos de hora largos que duró la actuación del grupo italiano sirvieron para calibrar su clase impecable, su sentido de la comunicación con el público y la calidad innegable de su música. Surgidos a la canción hace 17 años en su Nápoles natal, cuyo folklore, junto al de todo el sur de Italia, les sirve de base para el desarrollo de su trabajo, la Nuova Compagnia di Canto Popolare basa la fuerza de su espectáculo en tres características igualmente encomiables: un trabajo de recopilación riguroso y profundo, que se convierte en una visión contemporánea y en absoluto fosilizada de la canción popular, una destacada labor instrumental y vocal, que se revaloriza en arreglos de singular fuerza y belleza, y un inteligente juego en el escenario, en el que contrasta la presencia estática de los miembros del grupo con el extraordinario sentido dramático y el dominio escénico de su cantante solista, que desarrolla un fascinante ejercicio de mimo, drama y parodia.
Tanto cuando interpretan una vertiginosa tarantela, como cuando desgranan la plácida belleza de Ricciulina o la extraordinaria tensión de Oi nenna, nenna, la actuación de la Nuova Compagnia di Canto Popolare es impecable.
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