Los estatutos de autonomía

Sobre el artículo del señor José Aumente publicado en EL PAÍS del pasado martes 14 de agosto, sección Tribuna Libre, paso a manifestarle mi opinión al respecto.Es totalmente cierto que un nacionalismo exagerado es "fascistoide" y totalitario; todos hemos conocido ejemplos de este tipo en diferentes partes del mundo.

También es cierto que España es un Estado plurinacional, con pueblos que tenemos diferentes lenguas, costumbres y formas de vida, aunque hemos de saber que "lo que nos une es superior a lo que nos separa". Por ejemplo: todos los ciudadanos hemos de aceptar y acatar la Constitución que democráticamente aprobamos y los estatutos de autonomía que de la misma se crearon y, por último, todos hemos de estar agradecidos de que su majestad don Juan Carlos I sea rey de todos los españoles.

Ahora bien, el señor Aumente dice en su escrito que existe el peligro de la división de España entre autonomías "fuertes" y autonomías "contra natura" o débiles desde el punto de vista autonómico, y que sería nefasto para España. El peligro existe, según mi punto de vista, debido a que en su día el Gobierno, para evitar roces con ciertos poderes fácticos al permitir que existieran sólo estatutos de autonomía en los tres pueblos con mayor grado de conciencia autonómica entre sus ciudadanos, formó un remedo de Estado autonómico para todas las diferentes regiones del Estado, sin tener en cuenta si los ciudadanos de ellas lo deseaban o no y, al propio tiempo, dando a entender que con la autonomía se arreglarían todos sus problemas.

Señor director, para terminar, sólo deseo hacer constar que, según mi criterio, cuando todos los pueblos de España comprendan que estatuto de autonomía quiere decir administrarse mejor por tener la Administración más cerca del ciudadano y poder controlar así sus recursos, y no sólo privilegios especiales para Cataluña, País Vasco y Galicia, como hacen creer algunos políticos centralistas, entonces creo que, el peligro que intuye el señor Aumente desaparecerá, tal como ocurre en Suiza, EE UU y otros países. No todo es tan simple como dividir España entre desarrollado. y subdesarrollada.-