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Ferraro se defiende y reitera que no tiene nada que ver con los negocios de su esposo

Geraldine Ferraro, candidata demócrata a la vicepresidencia de EE UU, defendió ayer la honestidad de sus asuntos financieros con el argumento de que nunca hizo nada incorrecto y de que, desde que inició su vida pública, ha mantenido sus bienes separados de los de su marido.Dijo también que tiene fundadas esperanzas de que toda la conmoción desatada por la noticia de sus deudas fiscales no perjudicará en modo alguno la elección de Walter Mondale, su compañero en la candidatura demócrata, como presidente de EE UU.

Ferraro dio ayer una concurrida conferencia de prensa, cuando se cumplía la primera semana de intensas especulaciones en torno a sus finanazas y a las de su marido, el agente inmobiliario John Zaccaro. "Jamás he violado la confianza pública", manifestó al comienzo de su cita con los periodistas, durante la cual se corriportó con tranquilidad y firmeza.

Geraldine Ferraro y su marido hicieron pública el lunes una declaración detallada, de la que se deduce que debían 53.495 dólares en concepto de impuestos atrasados, derivados de la infravaloración no intencionada del producto de la venta de una casa propiedad de la candidata a vicepresidenta.

Ferraro manifestó ayer que había vendido la propiedad citada, para poder devolver el préstamo que le hizo su marido para financiar su primera campaña electoral a representante ante el Congreso. Añadió que vendió con prisa, porque tuvo noticia de que el préstamo en cuestión podía ser ilegal.

En cuanto a las relaciones económicas con su marido, Ferraro afirmó que, en 1979, cuando ingresó en el Congreso, tomó la decisión de "tener todo separado, porque entendí cuáles eran mis obligaciones con el público norteamericano, y no quise saber nada de sus negocios, como tampoco sé nada ahora mismo".

En ese sentido, la candidata demócrata sostuvo que hasta hace poco no supo que su marido recompró la propiedad que ella misma vendió, al hombre que se la había adquirido. "Él (Zaccaro) me dijo que la operación era legal, y yo comenté: 'seguro, pero no tiene buen aspecto'... Mi marido es un hombre de negocios y yo no le juzgo".

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Diversos críticos han puesto en cuestión el hecho de que Geraldine Ferraro se haya reclamado exenta de revelar al Congreso los ingresos de su esposo, sobre la base de que nada sabía de sus negocios, siendo así que ella misma ha sido empleada de la inmobiliaria y propietaria de un tercio de sus acciones. Ayer, la candidata demócrata mantuvo que su relación con la empresa fue meramente formal, y que se limitó a figurar en los registros cuando, tras la muerte del hermano y el padre de Zaccaro, fue preciso incorporar nuevos socios para que la sociedad siguiera existiendo.

Respondiendo a los comentarios de varios republicanos que han afirmado en la convención de Dallas que Geraldine Ferraro se está convirtiendo carga para su partido, la candidata, demócrata dijo: "¿Qué esperan que digan los republicanos? Me considero un activo, y considero que ganaremos y que podremos invitarles a la Casa Blanca en enero".

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