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El policía que retiró la bomba del autobús turco confiesa haberla colocado él mismo

Los Ángeles James Pearson, el propio policía que el lunes detectó y retiró antes de que explotase la bomba del autobús que transportaba el equipaje de la delegación olímpica turca, ya en el aeropuerto de Los Ángeles, confesó ayer haberla colocado él mismo, según afirmó el jefe de policía de Los Ángeles, Daryl Gates. A todo esto, en Londres y París, comunicantes anónimos habían reivindicado el atentado en nombre del ejército secreto armenio para la liberación de Armenia (Asala). Pearson fue arrestado ayer como presunto culpable de su colocación, lo que acabó confesando ante el temor de someterse por segunda vez al detector de mentiras.

En principio, Pearson había sido felicitado porque, en una rápida reacción, no dudó en arrancar los cables que vio adosados a lo que parecía una bomba, en el hueco de la rueda delantera, bajo el asiento del conductor del autobús, evitando la tragedia.

Eran las ocho de la tarde del lunes y en la terminal 2 del aeropuerto de Los Ángeles se iban concentrando los autobuses con los deportistas que volvían a sus países.Las primeras versiones del su ceso indicaban que Pearson, de 40 años, hizo una inspección rutinaria del autobús que transportaba el equipaje de un grupo de atletas turcos -precisamente, en los casos de Turquía e Israel, una de las precauciones tomadas era la de trasladar por separado a los atletas y su equipaje- Pearson escuchó un tic-tac procedente del hueco de la rueda delantera, debajo del asiento del conductor. Allí había un objeto metálico cilíndrico: una bomba de relojería.

El policía gritó a los que se encontraban cerca para que evacuaran el lugar. Luego, arrancó el artilugio, separando los cables detonadores del explosivo; corrió unos 50 metros hacia un descampado y lanzó la bomba lejos de sí, pero no estalló.

De inmediato, fueron evacuadas las terminales 1 y 2, mientras llegaban los expertos en explosivos para detonarla. No ocurrió ningún incidente y casi 6.000 personas esperaron en la calle hasta que la policía efectuó una búsqueda exhaustiva dentro de los edificios de las terminales.

Contradicciones

Sin embargo, el jefe de la policía de Los Ángeles, Daryl Gates, al comunicar la noticia de su arresto, ayer, indicó que Pearson tenía algunos problemas con sus superiores y quizá pudiese haber pretendido solucionarlos con una exhibición de sus capacidades.

Gates precisó que se habían observado ciertas contradicciones en las declaraciones de Pearson, a propósito de cómo había retirado y neutralizado la bomba antes de la llegada de los artificieros. Gates añadió que Pearson tiene experiencia en explosivos y que, aparte de las propias fuerzas de seguridad, parecía improbable que alguien pudiese haberse aproximado al autobús para instalar el artefacto. Las investigaciones se centran ahora en intentar descubrir la forma en que Pearson, que se declaró culpable ante el temor a someterse por segunda vez a un detector de mentiras, pudo abastecerse de los explosivos.

Mientras, en Londres y París comunicantes anónimos habían reivindicado el atentado en nombre del Asala. Varios centenares de miles de armenios viven en el sur de California. Precisamente, una de las primeras acciones de los grupos terroristas armenios, que buscan venganza por el genocidio a que les sometió, Turquía en la primera guerra mundial, ocurrió en Santa Bárbara, donde un anciano de más de 80 años asesinó al cónsul honorario turco.

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