Dos Alemanias
La República Federal de Alemania acaba de hacer otro importante préstamo bancario a la República Democrática Alemana. Es uno más en la serie de pagos y préstamos que la Alemania rica y democrática hace al otro Estado alemán, menos rico y comunista. Del lado occidental, las razones de estos préstamos no tienen mucha relación con la economía: se trata más bien de emplear el dinero en facilitar el acceso de los alemanes occidentales a la República Democrática para que puedan visitar a sus amigos y parientes. El dinero sirve, además, para mantener el servicio de correos y las comunicaciones telefónicas, al tiempo que permite, de cuando en cuando, que algún ciudadano oriental pase a la República Federal. ( ... )¿Por qué permiten los soviéticos este modesto, pero visible, acceso a Occidente? Presumiblemente, una de las razones es el dinero que hace que la vida resulte algo más fácil en la Alemania Oriental -que, por ver la televisión occidental en su propio idioma, es más consciente de los niveles de vida vigentes en el lado occidental-. Pero hay otra razón que provoca oleadas de desconfianza en otros países de Europa occidental: los soviéticos gustan de que se especule acerca de la posibilidad de una Alemania unificada, neutral, sin ejército y fuera de la OTAN.
Se trata de una delicada operación, la de los soviéticos. Una Alemania reunificada ha sido siempre una pesadilla para la Unión Soviética, que no parece tener intención de que tal proyecto se lleve a la realidad. Pero, al mismo tiempo, los soviéticos están dispuestos a incrementar las esperanzas en la República Federal sobre este particular y dar a los neutralistas occidentales de Alemania incentivos para ir más lejos en sus pretensiones. ( ... )
¿Qué sucedería si en la República Federal de Alemania se acentuase el sentimiento favorable a la idea de una nación unificada y neutral? Cuando los soviéticos comenzaron con, la idea de la reunificación de las dos Alemanias en la década de los cincuenta, Konrad Adenauer replicó que estaba dispuesto a negociar sobre este particular siempre que la Unión Soviética permitiera la celebración de elecciones libres en la República Democrática, Alemana. Tal condición constituye todavía una nota de realismo a la hora de discutir sobre las relaciones existentes entre las dos Alemanias, una de las cuales es soberana, mientras que la otra no lo es.
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