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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

España se deshizo de Francia jugando a medio gas

ENVIADO ESPECIAL, España únicamente necesitó que el tiro a media distancia funcionara en los momentos precisos para doblegar a Francia. España no necesitó apretar el acelerador más que en determinados instantes para imponerse a su adversario.

Tan seguro estaba Díaz Miguel de que iba a obtener la victoria que incluso prescindió al comienzo del encuentro de Corbalán, quien, por cierto, cuando salió, cometió varios errores en los pases largos. El seleccionador nacional dio entrada a Llorente y Margall en el equipo inicial seguramente para que todo el grupo mantenga el espíritu de lucha y no se centren todos los esfuerzos en los llamados titulares. La prueba de Llorente fue mucho más satisfactoria que la efectuada el día anterior con Solozábal, que es probablemente el jugador menos fino, junto a Beirán, del conjunto nacional.

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La pizarra de Díaz Miguel

Los franceses iniciaron el partido con cierto ímpetu y hasta con, alguna esperanza, puesto que se colocaron con una ventaja en el marcador de 2-6. Pero eso sólo fue un espejismo porque la media docena de puntos la mantuvieron hasta después de que España se pusiera en un fácil 14-6, que iba a comenzar a marcar las diferencias.

Sin emoción

Efectivamente, entre ambos conjuntos existió tal desigualdad durante la mayoría de las fases del juego que, al llegar al descanso, se había perdido toda posibilidad de vivir alguna emoción. Parte del público abandonó sus localidades en cuanto se percató de que, en el fondo, aquello no pasaba de ser un simple entrenamiento formal.

El escaso poder reboteador de los franceses ante Martín, Romay y Jiménez se transformó en un absoluto dominio hispano. Únicamente en la segunda parte hubo cierto relajamiento entre los jugadores españoles y la distancia de hasta 21 puntos se quedó reducida a trece.

Los franceses se mostraron muy inseguros en el tiro cuando más necesitaban puntuar y ello permitió a los españoles no imponer un ritmo superior al que se habían marcado para, a pequeñas rachas, establecer las separaciones que imposibilitaran cualquier eventualidad.

España reposó lo suficiente sobre la cancha para no convertir en agotador un torneo para el que ya tiene casi asegurado el segundo puesto, que le conducirá a jugar en cuartos de final con Australia. Hoy, ante China, debe consumarse la consecución de la segunda plaza del grupo. China fue desarbolada por Canadá y ya no tiene otra aspiración que marcharse de Los Ángeles sin haber hecho el ridículo.

Los partidos de ayer definieron el desarrollo de los cuartos de final. Así, España jugará contra el tercer clasificado en el sector A, actualmente Australia, y se enfrentará, ya en las semifinales, a la selección yugoslava o a la italiana.

Tal y como estaba previsto y desean los organizadores, entre los yugoslavos, los italianos, los españoles y los estadounidenses estará la ronda definitiva. No podía ocurrir de otra manera. Toda estaba perfectamente encauzado.

La incógnita

Para España no queda más incógnita, en la primera fase, que ver hasta qué punto puede resistir a los Jordan, Alford, Ewing, Tisdale, Fieming, Wood y demás componentes del conjunto norteamericano.

Sin duda, será interesante ver hasta dónde puede llegar a obstaculizar Romay a Ewing y hasta qué punto Epi es capaz de conseguir más canastas desde la media distancia que Michael Jordan. El España-Estados Unidos no tendrá otro objetivo que preparar la posible estrategia con miras al encuentro final.

Para ello, naturalmente, habrá que haber dejado en la cuneta a yugoslavos o italianos. Por cierto entre estos últimos, sigue destacando Dino Meneghin, el jugador más listo del torneo. Ayer, ante Brasil, logró engañar repetidas veces a los árbitros con sus trucos.

Su habilidad es tal que incluso consiguió que varias faltas personales cometidas por él fueran endosadas a sus marcadores. Desde luego, no se puede discutir que el veterano Dino continúa poseyendo y ejerciendo todas las argucias propias de un viejo latino.

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