El fiscal pide 8 años y 4 meses de cárcel para el hijo del comandante Ynestrillas

El fiscal de la Audiencia Nacional ha solicitado penas de 14 años y 3 meses para Antonio Salmerón y de 8 años y 4 meses para Ricardo Sáenz de Ynestrillas por su participación en el incidente ocurrido en octubre de 1983 en la calle Augusto Figueroa de Madrid, cuando sustrajeron, a punta de metralleta, las armas a dos policías nacionales al proceder éstos a su identificación. Los dos ultraderechistas citados iban acompañados por el presunto jefe del grupo Gerardo López Laguna, que se encuentra huido.

Los delitos de los que están acusados son los de pertenencia a banda armada, robo con intimidación en concurso con atentado a la autoridad, tenencia ilícita de armas y falsificación de documento de identidad. A Ynestrillas (hijo del comandante del mismo apellido que fue condenado por su participación en la operación Galaxia) le es de aplicación la atenuante de ser menor de 18 años en el momento de los hechos, y la agravante de reincidencia.El fiscal pide también 6 años y un día de prisión para Eduardo Cubero Butragueño por colaboración con banda armada, ya que ocultó en su domicilio a los tres jóvenes aún sabiendo su militancia y los hechos que habían cometido.

Según las conclusiones provisionales del fiscal, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, Antonio Salmerón Campo, de 21 años, y Ricardo Sáenz de Ynestrillas, de 17, antiguos activistas vinculados a la rama juvenil de Fuerza Nueva, "han venido haciendo ostensible su radicalización ideológica ultraderechista y la propensión a la violencia como método de participación en la concurrencia política".

"Con posterioridad al mes de octubre de 1982 -una vez disuelto el partido político Fuerza Nueva- un grupo de jóvenes, entre los que se hallaban los procesados, se integró en un núcleo de acción política denominado "Legión de San Miguel Arcángel". Este grupo confeccionó una revista denominada Barricadas y adquirió varias armas de fuego entre las que se encontraba un subfusil del tipo naranjero, como los que utilizaba la Guardia Civil hace ya varios años, una pistola marca Astra y una escopeta de cañones recortados.

"No se muevan, que les vamos a matar"

El 1 de octubre de 1983, los tres miembros del grupo cogieron un taxi a las 04:00 horas desde el domicilio de Salmerón hasta las cercanías de la calle Augusto Figueroa. Cuando circulaban a pie por la citada calle, un coche radio-patrulla de la Policía Nacional les dio el alto para identificarles. Los jóvenes entregaron los carnés de identidad, pero de una bolsa que llevaban sacaron las armas y encañonaron a los policías, al tiempo que decían "cuerpo a tierra, no se muevan que les vamos a matar" y "Viva la República".

Inmediatamente sustrajeron las armas y los grilletes a los policías y pincharon las ruedas al coche policial para impedir una posible persecución.

Los tres ultraderechistas se dirigieron al lugar de trabajo de Eduardo Cubero, que los alojó en su domicilio de Getafe, donde celebraron una rueda de prensa, y posteriormente, ante el temor de que la policía localizara el piso, Cubero los trasladó en su coche a una casa situada en las inmediaciones del Cerro de los Ángeles.

Ynestrillas y Salmerón fueron detenidos el 6 de abril de 1984 en Madrid, adonde se habían trasladado desde Portugal para visitar a sus novias. En el momento de la detención, a ambos les fueron ocupados documentos de identidad falsificados. Las armas de los policías y los grilletes han sido recuperados, pero las armas del grupo están en poder de López Laguna.

Ricardo Sáenz de Ynestrillas fue detenido en varias ocasiones, entre 1981 y 1982, "como sospechoso de haber participado en alteraciones de orden público, insultos a las autoridades y agresiones físicas a sus adversarios políticos", según el fiscal.

Fue condenado el 6 de junio de 1983 a una multa por un delito de estragos en grado de conspiración. En aquella ocasión preparaba un artefacto explosivo que iban a colocar en la sede social de Unión de Centro Democrático (UCD) de Toledo.

Ynestrillas fue detenido también junto a su padre y uno de sus hermanos en relación con una supuesta intentona golpista preparada para el 23 de junio de

El caso pasó por diversos jueces, y finalmente todos ellos quedaron en libertad.

Tanto Ynestrillas como Salmerón están ingresados en la prisión de Alcalá-Meco.