Shamir y Peres mantienen hoy un nuevo encuentro en Jerusalén
El primer ministro de Israel, Isaac Shamir, y el líder de la oposición laborista, Simón Peres, decidieron ayer continuar sus negociaciones para la formación de un Gobierno de unión nacional, tras cuatro horas de conversaciones celebradas en el hotel Rey David de Jerusalén. Aunque Shamir manifestó tras la entrevista que sólo habían surgido "diferencias de matiz", con Peres, los observadores políticos se muestran más escépticos.Lo que sí parece claro es que las presiones del presidente israelí, Haim Herzog, para que el Likud de Shamir y el Alineamiento Laborista, partidos mayoritarios tras las elecciones del pasado mes, negocien la formación de un Gobierno de unión nacional, fueron más fuertes de lo que parecía en un primer momento. Aunque el jefe del Estado no tiene en teoría poderes ejecutivos, la opinión pública israelí acepta que, en la situación de crisis que atraviesa el país, utilice los medios de comunicación para dirigirse a la nación y presionar así sobre los partidos. Esto es lo que hizo Herzog anteayer.
Esto, unido a la creciente tendencia en la opinión pública y en los partidos menores a considerar el Gobierno de unión nacional como una necesidad imperiosa, prácticamente obligó a las dos mayores fuerzas políticas a efectuar la reunión del hotel Rey David.
Hasta fuentes del Tehiya, partido ultranacionalista que es aliado natural del Likud y que se ha convertido con sus cinco escaños en el tercer bloque parlamentario, manifestaron que la formación de esa gran coalición es "esencial". Pero el Likud y el laborismo tienen diferencias que, aunque parciales, son difíciles de aproximar.
Tras la reunión de ayer, los portavoces de los dos partidos se limitaron a informar que en el encuentro se había hablado sobre los graves problemas económicos de Israel, sin dar más precisiones.
"Discusión preliminar"
Cara a la opinión pública, tanto el Likud como el laborismo manifiestan su acuerdo con relación a un Gobierno de unión nacional, pero en privado sus dirigentes son más escépticos y realistas. No por casualidad, hasta cuando hablan en público prefieren no utilizar el nombre de "Gabinete de unión nacional", sino el de Gobierno de "amplia base".Con todo, el actual primer ministro Shamir se refiere con más entusiasmo al Gobierno conjunto con el laborismo, y así declaró ayer a la Prensa que sólo existen "pequeñas diferencias" con el laborismo en materia económica, y que en cuento a Líbano hay "acuerdo en principio y apenas algunos matices de divergencia". Pero omitió referirse a los territorios árabes ocupados en 1967, problema que impidió que progresaran negociaciones similares cuando Shamir asumió el cargo de primer ministro después de la renuncia de Menájem Beguin, en septiembre del pasado año. Simón Peres, por contraste, se mostró mucho más cauteloso y se refirió a las actuales conversaciones como "sólo una discusión preliminar".
Entre tanto, el presidente Herzog inició, ayer los contactos formalcá con los partidos para decidir a quién encargará formar Gobierno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.