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El presidente de Israel convoca a los líderes políticos para desbloquear la situación creada tras las elecciones

El presidente israelí, Haim Herzog, en una decisión inesperada, ha convocado a las direcciones de los partidos políticos a consultas destinadas a estudiar las posibilidades de formar Gobierno, a causa de que el bloqueo creado tras las elecciones legislativas del pasado 23 de julio no permitiera a ninguna de las dos grandes formaciones en liza la gubernamental del Likud y la opositora laborista- obtener el número de escaños suficiente para gobernar, ya fuera en solitario o en coalición con otros partidos. Herzog, que no ha esperado a que sean oficiales los resultados de los comicios, ha tomado la iniciativa ante la dfícil situación por la que atraviesa el país, especialmente en el terreno económico.

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El Gobierno y el banco central se han visto obligados, desde el día siguiente a las elecciones, a establecer un impuesto del 15% sobre las divisas que saquen al extranjero los turistas israelíes, así como a elevar los intereses de redescuento de los bancos hasta el 18% e incluso el 20%. Se afirma en los medios financieros que las instituciones bancarias tienen un déficit de liquidez de 250 millones de dólares (unos 40.000 millones de pesetas) y que las reservas de divisas de Israel han descendido en 800 millones de dólares desde la última semana de julio.En cuanto a la formación de Gobierno, los dos partidos mayoritarios, el Likud y el Alineamiento Laborista, dependen para lograr este objetivo de la postura que adopten seis formaciones, cuatro de ellas religiosas. Se trata del Tami (con un escaño), Agudat Israel (con dos), el Partido Nacional Religioso (con cuatro), la nueva lista sefardí Shas (con cuatro), el Yahad del ex ministro de Defensa Ezer Weizman (con dos) y el escaño del ex ministro de Finanzas Igal Hurwiez. En la consulta electoral del 23 de julio, los laboristas quedaron en cabeza con 44 escaños, frente a los 41 del laborismo. La Kneset (Parlamento) cuenta con un total de 120 escaños.

Shas se constituyó como una escisión del partido ultraortodoxo Agudat Israel, con el que rompió por considerar que los judíos de origen sefardí eran sistemáticamente postergados en la listas electorales y en el reparto de fondos que entrega, el Gobierno para las escuelas religiosas. Su máximo dirigente espiritual, el ex gran rabino Ovadia Ioses, que ha visitado en varias oportunidades España, guarda un profundo resentimiento contra el Likud y, en particular, contra su ministro de Justicia, Moisés Nissin, porque impidieron su reelección para este cargo el año pasado. Sin embargo, la mayoría de sus dirigentes políticos tiene mayor inclinación por el Likud, al que consideran más dispuesto a hacer concesiones en materia religiosa. Esto ha llevado a la mayor confusión, porque el primer diputado en la lista del partido y futuro presidente del bloque, Isaac Peres, anunció que él y sus tres colegas se inclinaban a formar coalición con el Likud, pero esto provocó una inmediata llamada telefónica de Ovadia loses al ex presidente Isaac Navon para asegurarle que "todavía hay mucho que conversar sobre el tema entre tú y yo".

El Partido Nacional Religioso, por su parte, afronta similares contradicciones y presenta la misma actitud de ambigua espera. Uno de sus dos principales dirigentes, el actual ministro de Educación, Zevulun Hammer, preferiría sin duda mantener la alianza con el Likud, con el que coincide respecto a la política de asentamientos en lo territorios de Cisjordania y Gaza ocupados por Israel en 1967, durante la guerra de los seis días. Pero el doctor losef Burg, ministro de todos los Gobiernos desde que se fundó el Estado de Israel y actual ministro del Interior, Policía y Asuntos Religiosos, prefiere esperar todavía para hacer valer más los cuatro escaños del partido. Sus últimas declaraciones han sido un modelo de ambigüedad: "Somos leales a nuestra alianza de siete años con el Likud", dijo, pero agregó: "No dejamos de valorar en lo justo nuestro acuerdo histórico con el laborismo".

La clave: Weizman

Con todo, la clave de una posible coalición dirigida par los laboristas y, por consiguiente, con Simón Peres como primer ministro pasa también por las manos y los diputados del ex ministro de Defensa con Menájem Beguin, Ezer Weizman, que ha ofrecido sus tres escaños y está realizando gestiones con otros partidos menores. Se afirma que Peres le ha ofrecido la cartera de Relaciones Exteriores, de acuerdo con el ex presidente Isaac: Navon, que parecía tenerla asegurada. Para Navon podría haber un cargo especialmente creado para él, el de ministro de la Paz y para la Autonomía.Todas estas especulaciones no permiten descartar, sin embargo, la posibilidad de que ni el Likud ni los laboristas consigan formar Gobierno y que, en consecuencia, se imponga la solución de un Gobierno de unión nacional con ambas formaciones.

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