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El presunto asesino de Consol Maqueda y Carmen Mayordomo declara ante el juez

Victorio Gómez Arevarillo, presunto homicida de la abogada Maria Consol Maqueda y su ayudante Carmen Mayordomo, fue trasladado ayer por la mañana desde Jefatura Superior de Policía al Juzgado de Guardia. Se espera que en las próximas horas Gómez Arevarilo ingrese en la cárcel Modelo.Victorio Gómez, empleado de la Agrupación Sindical de Trabajadores de la Confección a Domicilio, se entregó voluntariamente a la policía dos horas después de haber agredido brutalmente, el pasado viernes por la mañana, a la abogada María Consol Maqueda, a Carmen Mayordomo y Nuria Fitó Font, empleada de la citada agrupación. Sólo esta última consiguió sobrevivir a los apuñalamientos múltiples de Gómez. Arevarillo, quien había comprado el arma agresora dos días antes de los hechos.

Nuria Fitó está prácticamente fuera de peligro, según informó el doctor José María Sastre, del Hospital del Mar, de Barcelona. "Continúa en franca mejoría y el pronóstico es menos grave", dijo el doctor Sastre, tras señalar que la paciente se encuentra mucho más animada.

Nuria Fító, soltera, de 49 años, que sufrió tres puñaladas en la mano derecha, pulmón y mamá, fue operada el mismo viernes. La paciente, que lleva una drenaje en el pulmón derecho para evacuar la sangre que le ha invadido la pleura, desconoce que sus dos compañeras han fallecido. "Habla poco y muy flojito, porque le duelen las heridas", manifestó a este periódico uno de sus familiares más allegados, quien añadió que la exactitud de cómo ocurrieron los hechos lo podrá explicar Nuria Fitó cuando se encuentre más restablecida.

Al parecer, Victorio Gómez, que había estado ingresado en un centro psiquiátrico, discutió de nuevo con la abogada María Consol Maqueda sobre su salario. Victorio, que cobraba algo más de lo que establecía el convenio de su ramo, había amenazado en diversas ocasiones a las tres mujeres. El presunto homicida recurrió seis meses antes a un abogado laboralista, quién le señaló que su situación estaba dentro de la legalidad, optando entonces por dejar de firmar la hoja salarial.

María Consol Maqueda había informado al abogado laboralista su intención de tramitar un expediente de invalidez, dado el estado mental de Victorio Gómez, con el ánimo de no perjudicarle con un despido.

Familiares de una de las víctimas aseguran que Victorio Gómez, además de proferir contínuas amenazas, se negaba a realizar trabajo alguno. Se desconoce si el día de los autos, María Consol Maqueda requirió a Victorio Gómez bien para que firmase la hoja salarial para poder cobrar o bien si le invitó a suscribir el acuse de recibo de algún otro tipo de comunicación de la empresa.

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