La mansada de Atanasio

Andaban justos de fuerza los toros que Atanasio Fernández lidió ayer en Barcelona y además eran mansos, huidizos, alguno se despistaba, otros se hacían los tontos y a rumiar hacia toriles se quería marchar el aguirrefernández cuando, tras un buen inicio de faena de muleta, por parte del Yiyo, el animal pensó que aunque con pinta de toro de lidia, él no daba esa talla.Ya podía esforzarse Yiyo, en sacar pases de este vago astado, que también en marmolillo transmitía aburrimiento al tendido. Escurrido de tipo y sin fuerza era el primero que le tocó a Manzanares. Rebañaba con los pitones el capote al final de cada lance; pero luego y tras un tercio de varas, que se realizó en una paletilla del animal, se vendría abajo el toro completamente derrengado.

Marcaba Manzanares el trincherazo, tiraba con tesón del hocico en cada pase, en el inicio de una faena que no pasará a la historia. De Palomo Linares salió la mejor tanda de derechazos -la primera, ante el que abría plaza- que se iba a ver en toda la tarde. El toro fue el mejor de la corrida y Palomo buscando el éxito rápido se olvidó de torearlo.

Con el manso cuarto, anduvo el diestro más encimista y supo entender y sacar pases que casi no llevaba el toro. Se abroncó al presidente por no concederle la oreja y a cambio le obligaron al torero a recorrer el anillo por dos veces.