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La policía detiene en Barcelona y Madrid a cuatro terroristas iraníes que pretendían atentar contra un avión saudí

La policía española ha detenido a cuatro presuntos terroristas iraníes miembros de la organización jomeinista Mártires de la Revolución Islámica. Tres de las detenciones se produjeron en Barcelona y la cuarta en Madrid. Uno de los detenidos portaba una tarjeta de identidad propia de quienes realizan funciones administrativas en la embajada iraní. La policía seguía a los cuatro detenidos desde hacía ya varios meses y sospechaba que en los próximos días pensaban realizar un secuestro o un atentando contra el avión de Saudi Arabian Airlines que cubre dos veces por semana el trayecto Madrid-Yedab-Riad. En poder de los detenidos se encontraron numerosos explosivos y armas, y dos lanzagranadas, con los que pretendían disparar contra el avión cuando iniciara su despegue del aeropuerto internacional de Madrid-Barajas. En relación con estas detenciones, un funcionario de la embajada iraní en España será expulsa do mañana de nuestro país.

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La detención de este comando terrorista en España podría ser el reflejo de una presencia numerosa de grupos chiítas radicales en otros países occidentales. En España concretamente han sido detectados estos grupos en Madrid, Barcelona y País Vasco, y de sus movimientos recibe puntual información la policía española a través del servicio secreto israelí Mossad, según aseguran fuentes policiales en Madrid.En este sentido, las autoridades de inmigración de Estados Unidos se interesaron vivamente por la detención en Barcelona, el pasado día 5 de abril, de Sandor Alexander Csengery, el falsificador de pasaportes más buscado por la Interpol. Csengery se había especializado desde 1980 en la estampillación de visas falsas para entrar en Estados Unidos. La policía española supo entonces que la mayor parte de sus clientes habían sido ciudadanos iraníes, actualmente residentes en EE UU, de los que apenas se dispone de control policial.

Las detenciones de los presuntos terroristas iraníes se llevaron a cabo casi simultáneamente el lunes por la noche en Barcelona y en Madrid. Sobre las 21.30 horas, en la capital de España, inspectores de la Brigada de Información Exterior de la Comisaría General de Información detenían al iraní Abu Naser Mohamed Rabani, de 24 años, nacido en Teherán, que portaba un pasaporte tunecino falso a nombre de Omar Ben Ahmed Abrak.

Mientras, en Barcelona, inspectores del Grupo Séptimo, especializado en terrorismo internacional, de la Brigada Regional de Información de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona detenían en la estación de Sants, poco antes de que tomaran un tren que les iba a llevar a Madrid, a Sayed Jabar Hoseini, natural de Armad (Irán), funcionario de la embajada iraní en Madrid, de 29 años, y a Shorab Dezfuli, estudiante de agricultura, nacido en Teherán (Irán) hace 29 años. Uno de los detenidos, Sayed Jabar, portaba un maletín con 20 dólares norteamericanos (3.200 pesetas), 500 marcos alemanes (28.000 pesetas), 2.000 riales iraníes (unas 2.500 pesetas) y 107.065 pesetas, además de documentación muy diversa.

Gran cantidad de armas

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Sayed Jabar estaba domiciliado en la calle de Muntaner, 337, cuarto piso, de Barcelona, donde poco después fue detenido Hasani Hasan, de Qom (Irán), de 25 años, que, según la policía, sigue cursos de oftalmología en la prestigiosa clínica Barraquer de Barcelona y de idioma castellano en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona. Fuentes de la clínica Barraquer dijeron que ningún médico de ese nombre constaba entre las personas que estudiaban en el centro.

En el registro del piso de la calle de Muntaner la policía encontró un gran arsenal en un doble fondo de un armario. También se encontraron armas en otro registro policial realizado simultáneamente en el piso donde vivía Dezfuli Shorab, situado en la calle de Bobilés, 75, de l'Hospitalet de Llobregai (Barcelona). Según fuentes del Ministerio del Interior, "el piso de la calle de Muntaner era, sin ningún género de dudas, una cobertura que servía de base para la coordinación y comisión de acciones terroristas tanto en España como en otros países europeos".

Tras los registros, la policía hizo el siguiente balance de lo incautado: un lanzagranadas anticarro de origen vietnamita; otra arma similar norteamericana; dos metralletas Gun, con silenciador, del calibre 45; una granada anticarro con su cola propulsora; seis proyectiles lanzagranadas de 40 milímetros; un tubo verde, de origen soviético, con material explosivo o letal; cuatro pastillas de explosivo plástico norteamericano C-4, con un peso total de un kilogramo; varios metros de mecha lenta, y abundante munición para las metralletas.

Fuentes solventes han explicado a EL PAIS que la presencia de un comando terrorista iraní en España fue conocida hace ahora varios meses. Desde el primer momento, la policía inició un severo marcaje de la colonia iraní en Barceloná, donde existe una de las más numerosas comunidades de súbditos de Irán en España.

Sayed Jabar Hoseini, es funcionario con destino en Barcelona y con pasaporte de servicios. Su misión era solucionar todos los trámites y problemas que surgieran en la llegada a Barcelona de heridos de guerra, muchos de ellos tratados en la clínica Barraquer. Según Interior, "Sayed Jabar había entrado en contacto con un quinto iraní a quien había entregado un maletín con armas para ser introducido en Madrid-Barajas y utilizado por las personas que debían cometer directamente la acción terrorista". Según la policía, el atentado "debía ser fisicamente realizado y dirigido por Abu Naser Mohamed Rabani", detenido con documentación tunecina falsa.

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