El nuevo subgobernador
Juan Antonio Ruiz de Alda (nacido en San Sebastián hace 50 años), hasta ahora secretario general del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), ha sido el encargado de convencer a los responsables de los bancos en crisis para que aceptaran su situación de quiebra y entregaran el control de las entidades a precios simbólicos. Ruiz de Alda ha tenido que solucionar casos graves, como Banca Catalana, a cuyo frente se colocó una vez que se dio por imposible la solución catalanista, o como Rumasa, cuando dirigió una famosa carta a Ruiz-Mateos conminándole a la conclusión de las auditorías con fecha determinada bajo la amenaza de expulsión de los bancos del holding del FGD.El nuevo subgobernador del Banco de España ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional fuera de la esfera oficial y sólo en su última etapa ha entroncado en ella. A principio de los años setenta se dedica a actividades empresariales familiares y funda Banif, sociedad de gestión de carteras, que convulsiona la dormida actividad financiera española. En 1975, Ruiz de Alda y sus socios en Banif realizan una operación calificada como magistral; venden la sociedad al Banco Hispano Americano, que aspira a fichar de esta forma a los ejecutivos más modernizados en el área de nuevos productos financieros.
En 1975 pasa a la dirección del área financiera del Banco de Bilbao. En este puesto estuvo dos años para presidir en el periodo 1978-1981 el Banco de Comercio, tras la adquisición de esta entidad por el Bilbao.
De lo privado a lo público
En 1981, Mariano Rubio le nombra asesor del Banco de España y posteriormente, en la remodelación de atribuciones en el área de inspección y tratamiento de bancos en crisis, Aristóbulo de Juan se encarga de las tareas de inspección desde el Banco de España y Juan Antonio Ruiz de Alda pasa a desempeñar el cargo de secretario general del FGD.Casado con una hija de Andrés Moreno, el impulsor del Banco Hispano Americano, su nombre sonó en algún momento como sustituto de Luis de Usera al frente del tercer banco del país antes de que Alejandro Albert fuera nombrado presidente hace algo más de año y medio.
Lo cierto es que Ruiz de Alda no se movió de su sillón del FGD, y desde ahí diseñó las operaciones de adjudicación de bancos en crisis. La pugna por lograr incorporar a la banca nacional en el saneamiento del grupo de Banca Catalana; la adjudicación del Banco Atlántico a un consorcio árabe-español que destruyó la estrategia de algunos grandes bancos y por último la venta de los 17 bancos de Rumasa al consorcio de los siete grandes y al Zaragozano, y el disefío de la llamada deuda Rumasa, son algunos de los ejemplos del quehacer de Ruiz de Alda.
Ahora se planteará inmediatamente su sustitución al frente del FGD, en un momento en el que su balance refleja el peso de las pérdidas de las instituciones financieras, lo mismo que los adelantos del Banco de España para hacer frente a las ayudas que exigían el reflotamiento. A cambio, el FGD es el mayor propietario de inmuebles y solares y posee una participación mayoritaria en las únicas autopistas españolas que no tienen problemas de solvencia.
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