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Tribuna
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Repite la cota máxima con una contratación mínima

Las voces de los corros sonaron como una dulce melodía para los oídos de los inversores en la jornada de ayer. De poco sirvieron los negros y siniestros augurios de aquellos que pensaban que una jornada como ésta, seguida de una festividad como la de Santiago, podría servir para algo más que para buscar realizaciones de beneficios. El índice general conquistó el 128,77%, repitiendo precisamente la cota máxima anterior, alcanzada el pasado día 11 de este mes, y éste fue el pequeño homenaje del parqué al patrón de las Españas.Pero no todo fueron cantos de gloria y mesura. La barandilla -esto es, los ahorradores que siguen y persiguen sus inversiones mientras se cuecen los cambios- demostró ayer unas significativas ganas de vender en el corro eléctrico. A pesar de este comienzo, que casi siempre es preludio de una sesión marcada por el lápiz rojo, las cosas consiguieron arreglarse y el sector obtuvo finalmente una ganancia de 39 centésimas, lo que no es poco si se tienen en cuenta las subidas que estas sociedades vienen registrando desde hace algún tiempo.

También los bancos, como no podía ser menos en estas condiciones, se animaron por, segundo día consecutivo gracias a Banesto, que parece decidido a dar marcha a estos grandes y blancos elefantes dormidos. El saldo final por caja se situó en 52.784 títulos a la compra, de los que correspondieron al Español de Crédito casi la mitad: 24.986 acciones. La ganancia de cuatro enteros fue el balance. Mientras, el Central parece no querer entrar a este trapo, al menos por el momento.

Telefónica, por su lado, continúa con cierto cuerpo jota, aunque sin demasiados aires de grandeza, cerrando la jornada con una ganancia de un octavo. Este hecho no comunica demasiadas alegrías, aunque demuestra una sustancial mejora en la actitud de los inversores. No hay que olvidar que de los 17,7 millones de pesetas comprados con crédito al mercado en la jornada anterior, 4,4 millones han estado dirigidos a esta compañía.

Por otra parte, un piadoso colega de la mañana anunció el pasado martes las condiciones en que podría desarrollarse la rumoreada ampliación de Finanzauto, y que, según esta versión, será en la proporción de una acción nueva por cada cinco antiguas, liberadas al 80%, por lo que los accionistas sólo tendrían que desembolsar el 20% restante. El mercado acogió bien el tema, y la distribuidora española de Caterpillar obtuvo una ganancia de cinco enteros.

Mientras tanto, el mercado prosigue con una fuerza que pocos sospechaban semanas atrás, y aunque es previsible que el pequeño número de operaciones se mantenga en las próximas jornadas, puesto que la época no es propicia para grandes negocios, el volumen de contratación que se viene haciendo diariamente (672 millones de pesetas en el pasado lunes) es suficiente, al menos para la mayoría de los expertos, para permitir apostar decididamente por un mes de agosto lleno de buenas sorpresas.

Las realizaciones de beneficios, sin embargo, acechan en las últimas jornadas de la semana, pero eso no debe producir mayores tensiones, ya que el papel parece que se encuentra disfrutando de sus vacaciones en aquella famosa isla desde hace varias jornadas.

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