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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Una idea para Atocha

1. Lo que viene en llamarse operación Atocha, es decir, el conjunto de obras viarias, ferroviarias y arquitectónicas que se proyectan sobre la actual estación y las plazas, calles, andenes, etcétera, que la rodean y sirven es, sin duda, una de las intervenciones urbanísticas más importantes propuestas para Madrid, dentro de ese gran marco de ordenación que es el nuevo Plan General.En este encuadre hay que entender que la intervención urbanística de Atocha no es sólo la estación y su entorno, sino toda la remodelación del triángulo formado por la avenida de la Ciudad de Barcelona, la calle de Méndez Álvaro y la M-30.

Intervención equivalente en importancia urbanística a lo que supuso el salto del antiguo hipódromo y la prolongación de la Castellana hasta la plaza de Castilla. Intervención que quiere prolongar, sin mimetismos formales, el eje del Prado, penetrando y recualificando la zona sur de nuestra ciudad, rescatándola de una tradicional postergación para introducirla en la vida y percepción de los madrileños, como un nuevo elemento estructurante de la ciudad.

La glorieta de Carlos V y la propia estación de Atocha vienen a ser la charnela o rótula que articula y orienta esta gran actuación. De aquí su importancia.

2. La finalidad y justificación de una aportación de ideas, elaboradas por equipos técnicos de gran solvencia profesional, sobre la formalización del complejo ferroviario y de transporte público de Atocha y de su entorno urbano inmediato puede resumirse en tres puntos:

- Enriquecer los criterios de las distintas administraciones públicas que deben intervenir en la operación ante una decisión de tanta importancia.

- Seleccionar, si fuese posible, aquella idea que mejor sirva como esquema director, capaz de orientar y articular el largo proceso de proyectos y construcción del conjunto de la operación.

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- Ofrecer una base altamente cualificada, desde el punto de vista técnico, para un debate público sobre un asunto que tan directamente va a afectar a los ciudadanos de Madrid.

Criterios arquitectónicos

Hay que destacar que la solicitud de estas ideas se hace sobre unas bases fijas ya establecidas, tanto por el Ayuntamiento de Madrid como por Renfe, en cuanto a la ordenación urbanística de la zona, el esquema circulatorio de la ciudad y el funcionamiento ferroviario. Bases sólidamente diseñadas en los documentos iniciales del nuevo Plan General.

3. Los criterios para seleccionar la idea o las ideas que puedan dirigir la construcción de este gran complejo de transportes de Atocha deben partir del entendimiento del mismo como una gran pieza urbana a insertar en un tejido urbano ya existente, completándolo y recualificándolo funcional, física y socialmente. Los valores arquitectónicos y urbanísticos, sobre la base de una definición funcional ya fijada, deben primar sobre cualesquiera otros.

Algunos puntos pueden concretar estos criterios para quien escribe estas líneas:

- Integración de los nuevos edificios y espacios públicos en la trama y morfología urbana existente, tanto en un entendimiento de la ciudad global (concavidad del arroyo de la Castellana) como de la escala de los edificios circundantes (Ministerio de Fomento, Hospital Central, oficina de Renfe, etcétera).

- Solución de la circúlación rodada y disposición de los nuevos espacios públicos (nuevos accesos a las estaciones, plazas, paseos, etcétera), de forma que complenienten y enriquezcan la futura glorieta de Atocha (Carlos V) una vez renovada, así como la avenida de la Ciudad de Barcelona y la Cuesta de Moyano.

- Enfasis formal del intercambiador ferrocarril de cercanías-metro-autobús como una de las nuevas y prioritarias funciones de la estación de Atocha.

- Protagonismo del edificio de la actual estación como reconocimiento de su alto valor arquitectónico, como referencia formal del nuevo complejo y como gran espacio público cubierto.

- Entendimiento de la operación Atocha como un proceso dilatado en el tiempo (unos ocho años) ejecutado por fases, que deben ser piezas acabadas en sí tantú funcional como formalmente.

- Austeridad económica, que no mezquindad, midiendo el rendimiento urbanístico de cada inversión que se realice.

- Capacidad de la idea seleccionada, como esquema director del proceso de construcción, para integrar, sin desvirtuar su propuesta global, las lógicas e inevitables modificaciones que han de producirse en tema de tanta complejidad y dilatado tiempo de ejecución, incorporando incluso aspectos o soluciones particulares de otras ideas aportadas.

4. Largas horas de reflexión y discusión en el seno de la comisión de seguimiento, hace ya más de dos meses; un largo silencio, en espera de que las ideas aportadas por los distintos equipos técnicos fueran públicas; una nueva y solitaria consideración, tras varias visitas a la exposición del Cuartel del Conde Duque, me llevan, con la responsabilidad que me corresponde como cargo público, como miembro de la citada comisión y como profesional, a entender que la idea propuesta por el equipo encabezado por Rafael Moneo responde sobradamente a los criterios antes expuestos, ofertando una solución de una gran altura arquitectónica y sensibilidad urbanística, recogiendo las propuestas ya incluidas en los documentos de revisión del Plan General, mejorándolas y enriqueciéndolas.

Destacaría entre sus cualidades más sobresalientes aspectos tales como:

- Un discurso arquitectónico, formulado en términos de una concatenación de edificios cerrados y espacios abiertos, capaz de articular las diferentes fases de un largo proceso de construcción, en contraposición con lo que podría calificarse de un grito arquitectónico, exhalado, incluso con un acertado tono, para un solo acto edificatorio, percibido como instantáneo.

- Búsqueda de un necesario simbolismo y monumentalismo, basado en el significado, delicadeza y colocación de los elementos singulares y no en una simple apuesta por el tamaño; en este sentido, el tambor que identifica y da acceso a la estación de cercanías, o las dos torres horarias, que invierten simbólicamente el tímpano principal de la actual estación.

- El mantenimiento de la concavidad de la antigua vaguada de Atocha, con la depresión con que se produce la ubicación de las vías de cercanías y la introducción de un simple plano horizontal, flotando sobre las vías y andenes de larga distancia, minimizando cualquier competición formal con la actual marquesina.

- Creación de una plaza o foro rehundido en torno a la actual estación, que complementa, como gran espacio peatonal y cívico, la glorieta circulatoria de Carlos V y garantiza un contenido y vasto asiento del que emerge enfatizada la marquesina existente.

- Acierto en el tratamiento de los bordes con la trama viaria circundante, esclareciendo el trazado de éstap soldando a la misma los nuevos espacios con una gran sensibilidad, tanto en planta como en sección.

- Una decidida contención en las nuevas piezas propuestas, que, junto con el mantenimiento renovado de la actual marquesina en toda su integridad, garantizan una razonable austeridad económica y programada ejecución.

La solución mejor

5. Mi defensa se centra en las cualidades de la idea presentada por este equipo como esquema director de una obra pública, finalmente definida y construida por la Administración pública, y no en la apuesta por un ganador. No se trata de premiar a nadie, sino de aconsejar, con mi mejor saber y entender, cuál puede ser la solución que mejor sirva a la ciudad de Madrid, que, en última instancia, debe ser la única ganadora.

Exponer hoy y aquí esta valoración personal de las ideas para Atocha expuestas en el Cuartel del Conde Duque pretende esclarecer mi parte de responsabilidad en decisión tan delicada; corregir, en lo posible, el carácter somnoliento -a hurtadillas- con que se produce la exposición, en plena canícula estival, y avivar un nuevo debate frente a un tema tan importante y dificilmente repetible como puede ser apostar por un nuevo Atocha.

Eduardo Mangada es arquitecto y consejero de Ordenación del Territorio, Medio Ambiente y Vivienda de la Comunidad de Madrid.

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