El entierro del guardia civil asesinado en Portugalete se convirtió en una manifestación por las calles de la villa
Los actos fúnebres en memoria del sargento de la Guardia Civil asesinado ayer tarde en Portugalete (Vizcaya) se prolongaron en una manifestación pacífica por las calles céntricas de esta localidad, siguiendo la iniciativa del dirigente socialista vasco Ricardo García Damborenea, quien sugirió al ministro del Interior "dar un paseo" hasta el cementerio de la villa. El féretro de Antonio Turrón fue trasladado a hombros de sus compañeros desde la parroquia de Santo Tomás de Villanueva hasta el cementerio, distante unos dos kilómetros. En la comitiva figuraban el ministro José Barrionuevo, director general de la Guardia Civil, teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, el vice consejero vasco de Interior, Eli Galdós, y otras autoridades.Al oír el son de las marchas militares que entonaban compañías del Ejército y de la Guardia Civil, la gente de Portugalete -localidad que dista 13 kilómetros de Bilbao y que sobrepasa los 100.000 habitantes- salió de sus casas a las aceras y a las ventanas, contemplando silenciosamente la manifestación.
Desafío
Es la primera vez que en una localidad vasca de tan grande extensión se produce esta iniciativa, que supone un desafío a los supuestos planes de los terroristas de ETA quien, según confesiones de algún detenido, planeaba atentar contra José Barrionuevo cuando éste se trasladara a un funeral en el País Vasco.Durante la manifestación, que duró unos 40 minutos, no se produjo ningún incidente. En la marcha se encontraban también el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui; el presidente de la Audiencia Territorial de Bilbao y el capitán de la VI Región Militar. Fuertes medidas de seguridad fueron tomadas en esta villa vizcaína, así como en el recorrido ella desde Bilbao, horas antes de que diera comienzo el funeral.
José Antonio Torrón, el hijo de la víctima, fue quien introdujo el féretro, junto a varios miembros de la Guardia Civil, en la iglesia de Portugalete. El presidente de la Diputación Foral de Vizcaya, José María Macua, estuvo también presente en los actos religiosos, flanqueado por el ministro del Interior y por el director de la Guardia Civil. La iglesia estuvo llena de público. Pero fue en las inmediaciones del cementerio -después de la marcha por las calles- donde se concentraron varios miles de personas dentro y fuera del recinto.
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