El fiscal presenta hoy querella contra el ex director general del Cedeti

La Fiscalía de la Audiencia Territorial de Madrid presenta hoy una querella contra Juan Luengo Vallejo, ex director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (Cedeti), organismo autónomo del Ministerio de Industria. Los delitos que se le imputan son malversación de caudales públicos, falsedad en documentos y negociaciones prohibidas a los funcionarios. La querella, dirigida contra Luengo y las personas "no identificadas todavía" que hayan podido colaborar con él en posibles delitos, fue instada por el Fiscal General del Estado Luis Antonio Burón, al que el Gobierno había remitido la documentación relativa al caso en diciembre de 1983.

Los hechos presuntamente delictivos relatados en la querella ocurrieron entre los años 1978 y 1982 y los indicios apuntan a que la malversación podría alcanzar los 150 millones de pesetas. La fiscalía del Estado había ordenado a la de la Territorial de Madrid el pasado lunes que interpusiera querella, pero, aunque iba a ser formulada ayer, debido a la voluminosa documentación existente, será presentada esta mañana en el juzgado de guardia.

El Ministerio de Industria había realizado un informe, basado en una auditoria de la Intervención General del Estado, que en aquellas fechas fue debatido en un Consejo de Ministros. En el informe se señalaba que en el Cedeti se habían producido irregularidades en el control financiero del organismo. Según el citado informe, existen indicios racionales de criminalídad por exigencia de tasas sin base legal, falta de memoria o programa y una serie de actuaciones, como justificantes no admisibles por más de 20 millones de pesetas. El informe estimaba que esas actuaciones podían ser consideradas como fraude y estafa. Sin embargo, la fiscalía, que tuvo conocimiento del informe, ha formulado la querella por posibles delitos de malversación, falsedad y negociaciones prohibidas a los funcionarios.

Sin contabilidad

El Cedeti fue creado en 1977 para recibir las ayudas del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, con las que impulsar y promocionar el desarrollo tecnológico de la industria española. La financiación del organismo corría a cargo de estas subvenciones, de fondos aportados por el Estado y con unas tasas que cobraba a las empresas en concepto de evaluación de proyectos.La auditoría señalaba que en 1983 el Cedeti perdió la subvención internacional "porque la gran carga de trabajo de sus funcionarios" les impidió remitir a tiempo el papeleo exigido por el banco para las ayudas. El Cedeti carecía de contabilidad, registro de caja y bancos, inventarios y registro para justificar. Según la auditoría citada, el organismo gastaba millones en contratar copias literales de estudios que ya había subvencionado con anterioridad, en financiar cuantiosos proyectos industriales de empresas vinculadas a sus funcionarios o a sociedades que carecían de las mínimas garantías financieras.