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Ford impide la entrada en la factoría de Almusafes, desde 1979, a dos sindicalistas

Miguel Ángel Villena

Aníbal García y Ernesto Boscá, dos sindicalistas de la factoría de Ford España en Almusafes (Valencia) que fueron despedidos en 1979, vuelven a presentarse a las elecciones sindicales que hoy se celebran en la fábrica a pesar de que su peculiar situación laboral y jurídica les impide entrar en el centro de trabajo y realizar campaña. Los sindicalistas forman parte de la candidatura del Colectivo Unitario y Autónomo de Trabajadores (CUAT), que es una plataforma sindical integrada por sectores radicales que abandonaron CC OO.

Desde la fecha de su despido, a finales de 1979, Aníbal García, oficial de mantenimiento, y Ernesto Boscá, especialista, perciben su sueldo en casa de forma religiosa mientras los tribunales de justicia y la empresa encuentran una salida a este contencioso insólito en nuestro país. A pesar de que las distintas instancias de la Administración de Justicia han considerado improcedente el despido, la dirección de Ford España se ha negado a la readmisión formal de los dos dirigentes sindicales.

La vía de los recursos se agotó el pasado 29 de mayo, cuando el Tribunal Supremo ratificó la sentencia de la Magistratura de Trabajo número 8 de Valencia y condenó a Ford España a la indemnización o la readmisión de los dos sindicalistas. Portavoces de la empresa señalaron ayer a este periódico que el caso se encuentra pendiente de un trámite de la Magistratura de Trabajo, si bien recalcaron su oposición a que los dos sancionados se reincorporen a sus empleos.

Quieren trabajar

Aníbal García y Ernesto Boscá, militantes del Movimiento Comunista del País Valenciano, se han negado en reiteradas ocasiones a aceptar distintas ofertas de indemnización que representantes empresariales les han ofrecido. "Nosotros", han manifestado, "queremos trabajar y no estamos dispuestos a aceptar ninguna suma de dinero. Nuestra situación puede parecer cómoda, pero en realidad supone un intenso desgaste psicológico. La empresa se niega a la readmisión para evitar la posibilidad de que vuelva a surgir en la Ford una alternativa sindical radical".Los dos sindicalistas fueron despedidos por segunda vez en 1982 por asistir a una reunión del comité de empresa, al que pertenecen desde hace cinco años, y entrar en el recinto de la fábrica.

Expertos en derecho laboral han comentado que esta absurda situación podría mantenerse de forma indefinida, ya que los dos trabajadores forman parte, a todos los efectos, de la plantilla de Ford. La actitud de la empresa decide en última instancia si los dos sindicalistas pueden incorporarse de forma real y activa a sus antiguos empleos.

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