Prosiguen las esperadas rebajas de julio
Los serios recortes que por segunda jornada consecutiva han registrado los valores eléctricos en las bolsas han dado un carácter poco festivo al comienzo de la semana. Hubo otra serie de factores ambientales que tampoco contribuyeron a crear un clima idóneo para el normal desarrollo de la sesión bursátil. El calor sufrido durante el fin de semana hizo que los asiduos careciesen de su garra habitual, más por no tener ese precioso día de descanso que resultaba ser los lunes que por el calor mismo, y los corros languidecieron entre una oferta poco combativa y una demanda casi inoperante.Además de la apatía general, un hecho ronda todavía por la mente de los inversores y les impide tomar posturas claras, como no sean las de seguir a los demás, por lo que el proceso vendedor ahora en curso puede tener cuerda para un par de días más. La falta de acuerdo de las compañías eléctricas sobre la política de compensaciones tomó al mercado en un mal momento. El cansancio producido tras la última tendencia alcista en los valores eléctricos era notorio cuando se registró esta falta de acuerdo, y la desbandada de la inversión a corto no se hizo esperar.
Afortunadamente, los fondos que mueve este tipo de inversión en el mercado no son muchos, y la cuantía de las bajas de debe más a los nervios que a la fuerza de la corriente vendedora. Ayer se dieron ya algunos intentos de recuperación en los corros eléctricos, pero la demanda resultó insuficiente para lograr algo positivo. Todo lo que se consiguió fue recuperar algún cuartillo, pero hay que dar las gracias por ello a la indecisión de la oferta. No hay que olvidar que todavía se piensa que el mercado seguirá tomando altura y que aún no ha llegado el momento de vender. Así, en el mercado madrileño, Hidrola empezó haciendo cambio 2,12 enteros por debajo de su cotización anterior, para terminar perdiendo tan sólo 1,62. Las cifras fueron diferentes, pero la evolución de los corros fue muy similar para otros valores del mismo grupo.
Los valores bancarios no tuvieron que esforzarse mucho para estar a la altura de las circunstancias. La evolución de este sector es aburrida por sí misma y no necesita que nadie le eche una mano. No obstante, es digno de elogio el equilibrio a que han llegado los siete grandes bancos en las bolsas, ya que las partidas que se cruzan rara vez dejan un saldo superior a los 20.000 títulos. Ayer fue el Hispano el más desafortunado, y cerró su cuenta particular con casi 10.000 títulos a la venta. La repetición era casi obligada ante un saldo tan escaso, por lo que extrañó mucho la postura de Banesto, Central, Santander y Vizcaya, que con cantidades inferiores a los 3.000 títulos a la venta cedieron entre uno y tres enteros.
El resto del mercado siguió muy de cerca la evolución de los grupos principales, tanto, que nuevamente se vio arrastrado por su inercia y cosechó bajas en la mayoría de los casos. Tan sólo en el grupo químico se pudo apreciar cierta resistencia a la baja, protagonizada por las compañías petroleras, sufriendo los principales valores de los demás grupos recortes de distinta consideración que perdieron bastante importancia ante el severo castigo que se infligió a los valores estrellas, los eléctricos, y que parece que sólo terminará cuando se dé el paso previo de retirar la oferta.
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