'Helena de Troya', amor en 'scope'
En 1956 el cine debía ser ante todo en scope. Raras fueron las películas que se mantuvieron al margen de esa moda con la que se quiso eliminar la creciente competencia de la televisión. Todo debía ser en scope y, preferentemente, sirviendo un gran espectáculo de masas. El público joven de la época, para el que se fabricaban películas que acogieran sus gustos y problemas (James Dean, Elvis Presley), quería también acción. A lo largo de dos horas, Helena de Troya les sirvió un poco de todo.La ambición del proyecto no correspondió, sin embargo, a la calidad del resultado. La aparatosidad de esta superproducción de la Warner Brothers no se realizó con rigor histórico. El romance entre el joven Paris y su enemiga Helena se colocó en primer lugar como si realmente la guerra entre griegos y troyanos se hubiera escrito sólo en base a ese pasaje. "Infantil en su concepción", dijo de esta película el crítico británico de Monthly Film Bulletin. No fue el único en sonreír ante la versión dada por los guionistas y el director. Los largos tres años de preparación del filme ylos seis millones de dólares invertidos en su rodaje no compensaron la superficialidad del proyecto.
En cualquier caso, Helena de Troya fue un éxito de público y abrió para los estudios de Cinecittà de Roma, donde la película se rodó, un buen ciclo de esplendor. Los actores europeos que protagonizaron el filme -Rosanna Podestà y el francés Jacques Sernas- gozaron igualmente de una buena etapa de contratos. Incluso Brigitte Bardot, que interpretó un personaje secundario, comenzó a ser mejor conocida gracias a este trabajo: al año siguiente sus películas se multiplicaron e inmediatamente contactó con su teórico descubridor, Roger Vadim.
Quien no quedaría tan satisfecho de su labor sería el director Robert Wise, cineasta contradictorio pero al que se deben algunos títulos excelentes. Para su desgracia, fueron las películas de rutina las que le proporcionaron el éxito, dejando semicamufladas para el gran público sus mejores obras (Tongo, Marcado por el odio, La torre de los ambiciosos, ¡Quiero vivir!). Eventualmente, Wise fue también el responsable de algunos de los hitos comerciales de los años sesenta (West Side story, Sonrisas y lágrimas), abandonando con ellos el esfuerzo personal. Se limitó a servir cuanto le pedían. Puede que precisamente en Helena de Troya, cuya brillantez es indiscutible, comenzara a entender que el mundo del cine exigía cierta superficialidad. Quienes lo financiaban no pretendían mayores logros.
Helena de Troya se emite hoy a partir de las 20.30 por la segunda cadena dentro del espacio La clave.
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