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El INI debe liquidar y reprivatizar entre 10 y 20 empresas, según Enrique Moya

La reconversión es el epicentro de la empresa pública que debe mejorar la gestión, modificar su estructura funcional y recapitalizarse para lograr convertirse en competitiva, según señaló ayer Enrique Moya, presidente del INI, en su intervención en el seminario que sobre la reforma de la empresa pública organiza en Santander la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Pero además, expresó su opinión favorable, -"aunque es una decisión política"-, a una reconversión extra, que vaya más allá de la planteada por el Gobierno, de modo que el INI liquide o reprivatice algunas de sus empresas. En su ponencia, Claudio Boada señaló que las empresas sólo pueden clasificarse en eficaces o ineficaces, por encima de quién posee el capital o ejerce el control de las mismas.

El Ministerio de Industria tiene en su poder, desde hace días, un informe confidencial de la presidencia del holding público en el que se contemplan dos escenarios para el cierre o reprivatización de empresas del INI cuya presencia en el mercado o su incidencia social son mínimas. Las propuestas, cuya decisión corresponderá en su día al Gobierno, contemplan el cierre o el pase al sector privado de entre 10 y 20 empresas.Entre ellas, estaría Seat que, sin la necesidad ya de cumplir el objetivo estratégico de asegurar una industria automovilística nacional, y una vez saneada financieramente, debe pasar a ser gestionada por alguna multinacional del sector, según opinión de Enrique Moya. En el otro extremo de soluciones -como medio para corregir el sobredimensionamiento del holding público en algunos sectores en los que o bien la producción sobrepasa las necesidades del mercado o no se ajusta a la demanda- se contempla la liquidación de ciertas sociedades, siguiendo el ejemplo iniciado con Potasas de Navarra o el anunciado de Textil Tarazona.

Las cifras muestran claramente la gravedad de la situación de la empresa pública española. Moya señaló que, en conjunto, el sector público empresarial perdió el pasado año 150.000 millones de pesetas y recibió otros 350.000 millones en subvenciones. No obstante, matizó, el 75% de estas pérdidas corresponden a empresas que como Hunosa, Astilleros Españoles, Babcock & Wilcox, Barreras, Minas de Figaredo, etcétera, que en su día pertenecieron al sector privado.

Caridad empresarial

La reconversión viene impuesta porque el INI está presente en los sectores más duramente atacados por la crisis (siderurgia, naval, bienes de equipo ... ) y la urgente necesidad de atajar el problema obliga, según Enrique Moya, "a tirar por el camino más corto, que no es siempre el más seguro". Pero ello ha de hacerse acompañado de la eficacia de las medidas en los demás sectores y teniendo en cuenta que la empresa pública "tiene unos límites de tolerancia y que si la obligamos a soportar una parte desproporcionada del ajuste puede convertirse en un organismo más inviable que antes de la reconversión".El INI ha de dejar de ser un hospital de empresas ("suprimir la caridad empresarial", dijo) y para ello tiene que dotarse de una gestión eficaz, sustituir el principio de subsidiariedad por el complementariedad e implantar la igualdad de oportunidades con el sector privado.

Moya pidió que cesen los privilegios de las empresas del Estado, pero también el fin de las discriminaciones, como son la designación de sus gestores por criterios políticos, la falta de autonomía para la toma de decisiones, los continuos cambios de política industrial que hacen ineficaz cualquier planificación. "Desde 1974 hasta diciembre de 1982 en que tomé posesión de mi cargo", dijo, "ha habido siete presidentes. Yo he superado la media estadística de supervivencia al frente de una empresa pública y he salido ya de cuentas".

Adecuar el funcionamiento de las empresas públicas al de las privadas está impulsado además por el hecho de que son mucho más importantes los puntos de encuentro entre los dos sectores que los de colisión. El INI realizó en 1983 compras por valor de 700.000 millones a otras empresas españolas y el movimiento de sus cuentas bancarias ascendió a la astronómica cifra de seis billones de pesetas.

El triángulo de los males de la empresa pública se cierra con la profunda descapitalización que padece. En los últimos ocho años el 90% de las inversiones del INI se financiaron con recursos ajenos y actualmente los fondos propios sólo suponen un 19%, lo cual hace a estas empresas "genéticamente inviables".

Las ampliaciones de capital servirán, en opinión del presidente del holding público, sólo para el saneamiento de las empresas, especialmente para reducir el tamaño de las que están sobredimensionadas, por lo que no supondrán "ni la extensión ni la prolongación de actividades no rentables".

Marco jurídico

El futuro de la empresa pública necesita de un nuevo marco jurídico, objetivo que intentará cumplir la nueva ley del INI, cuyo texto será presentado al Parlamento antes de que finalice el año.Los ejes de actuación para una mayor eficacia, aparte de la mejora de productividad, residen en el desarrollo de las nuevas actividades, promoción de la investigación, etcétera. Sobre el futuro ordenamiento del holding se ha apuntado la posibilidad de agrupar las empresas en subsectores, al igual que el anunciado para las de alimentación, pero manteniendo una organización unitaria y no desgajada por ministerios.

El presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos, Claudio Boada, que coincidió con su homólogo del INI en la conveniencia de equiparar las retribuciones de los directivos de las empresas públicas con los de las privadas y en las ventajas que reportará una estructura subsectorial, insistió en que deben existir algunas empresas públicas, las menos posibles, cuyos fines estén relacionados con el bien común o las estrictas necesidades del Estado y en las que "la medida de su eficacia no puede ser la rentabilidad".

Se mostró partidario de simplificar la ordenación legal de la empresa pública y manifestó que "un estatuto de la empresa pública sería otro corsé para este tipo de empresas, que cada vez serían menos empresas y más públicas".

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