Una detallista de pan tiene que cerrar su comercio por un pacto entre los fabricantes

Custodia Torres Iniesta, que regenta un despacho de pan en el barrio madrileño de Usera, se ha visto obligada a cerrar el establecimiento por la negativa a continuar abasteciéndole las dos tahonas que hasta el fin de semana lo hacían. Las dos empresas han alegado la existencia de un pacto verbal entre los fabricantes de pan de Madrid, por el que durante un mes no pueden aceptar pedidos de establecimientos distintos a los que abastecían hasta el mes de junio.El objetivo que persigue esta medida es presionar para que todos los minoristas cobren el precio máximo autorizado (22 pesetas para la barra normal) y que se igualen las comisiones que perciben los detallistas, según declaró el presidente de la Asociación de Expendedores de Pan de Madrid.

Este hecho coincide con la petición de los fabricantes para que se autorice un aumento de 9,50 pesetas por kilo en este producto. La comisión de precios de la Comunidad de Madrid estudiará la solicitud, al parecer, este verano.

Custodia Torres, descontenta con la calidad de las barras de pan que vendía anteriormente, decidió cambiar de proveedor y solicitó en junio a dos tahonas que le suministraran sus productos. Las dos fábricas, sin embargo, decidieron suspender la relación comercial el pasado fin de semana, por lo que Torres ha tenido que cerrar.